Santo Domingo.- David Ortiz logró su entrada al salón de la fama de Cooperstown en su primer año en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos.
Hizo su entrada directa con un 77.9 por ciento de los votos que se emitieron. Ortiz se unió a Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero (2018) como los únicos quisqueyanos con un nicho en el museo de los inmortales. Y apenas el segundo que lo logra en su primer año en la boleta.
Ortiz ganó de tres anillos de campeón, un premio al Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana (2004). Y otro de la Serie Mundial (2013). Además fletó 541 cuadrangulares y 632 dobles.
Con una carrera de 20 años que comenzó con Minnesota el dos de septiembre de 1997 y concluyó en el 2016 en Boston, Ortiz repartió palos de todo calibre y en los llamados momentos grandes.
El designado y bateador zurdo despachó 541 cuadrangulares, y remolcó 1,768 vueltas. Su promedio de bateo fue de .286. Por igual disparó 632 dobles.
Una decena de viajes al Juego de Estrellas y siete Bates de Plata también adornan su prontuario, pero pocos logros se comparan con haber sido pieza clave en tres coronas de los Medias Rojas.
Fue en la postemporada donde nació la leyenda del “Big Papi” y eso debe inclinar la balanza a su favor.
El hecho de ser bateador designado ha sido un óbice histórico. Por ejemplo, Edgar Martínez esperó 10 años para recibir la alta distinción.
Por otro lado, Ortiz tuvo sus mejores años al mismo tiempo que la MLB implementaba un mayor sistema de control para los esteroides y nunca dio positivo, lo que ha sido tomado en cuenta por varios periodistas que votan.