Los 17 millones de residentes de Shenzhen, uno de los principales polos tecnológicos del país y sede de empresas como Huawei y Tencent, deberán someterse a tres pruebas de ácido nucleico en un intento por frenar la curva de casos de Covid-19.
Las autoridades de la ciudad, que notificaron más de 300 casos durante el último mes, aseguraron que el confinamiento se extenderá entre el 14 y el 20 de marzo. En este tiempo solo se permitirán tareas esenciales como las relacionadas con el suministro de agua y electricidad.
Quienes no trabajen en este tipo de sectores deberán hacerlo desde casa. También estarán cerradas las tiendas comerciales a excepción de supermercados, farmacias e instituciones médicas.
El transporte en Shenzhen, vecina de Hong Kong, que también ha visto un dramático aumento de casos en el último mes, se mantendrá a un nivel básico.
Los edificios residenciales permanecerán en cuarentena y los habitantes solo podrán salir con permiso expreso.
Alarmas en varias ciudades chinas
La última oleada de Covid-19 ha hecho levantar las alarmas en China y golpea también a la metrópoli de Shanghái. Sus autoridades pidieron a sus habitantes que no salgan de la ciudad si no es estrictamente necesario.
China se enfrenta a una nueva oleada de casos relacionados con la contagiosa variante ómicron del coronavirus. En el último recuento publicado el 12 de marzo se detectaron 1.938 nuevos positivos y otros 1.455 casos asintomáticos.
El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 5.461, seis de los cuales se encuentran graves.
La mayoría de los casos de esta última oleada se ha registrado en la provincia de Jilin, en el noreste del país, con 1.412 positivos contabilizados.
Su capital provincial, Changchun, de nueve millones de residentes, está completamente confinada.
La viceprimera ministra china Sun Chunlan calificó la oleada de grave y complicada. Es por eso que instó a las autoridades sanitarias locales a que hagan todo lo posible para controlar la transmisión del virus.