Durante cinco innings la noche del domingo, los Mets no habían sido capaces de hacerle ni cosquillas a Joe Musgrove en el Juego 3 de la Serie del Comodín de la Liga Nacional. Evidentemente, el manager de los Mets, Buck Showalter, pensó que algo raro estaba pasando.
Así que antes de comenzar el sexto inning de lo que terminó siendo una victoria de los Padres por 6-0 en Citi Field, triunfo que les dio el pase para enfrentar a los Dodgers en la SDLN, Showalter les pidió a los árbitros que revisaran si Musgrove tenía alguna sustancia extraña.
Tras una breve pausa – en la que los umpires no solo revisaron no sólo la mano derecha del abridor de los Padres, sino sus oídos – el juego continuó, con Musgrove libre de cualquier sospecha de tener a la mano cualquier tipo de sustancia pegajosa o resbaladiza.
“Yo entiendo, hermano. Están sobre su última pierna, desesperados, haciendo cualquier cosa que puedan para sacarme del juego”, dijo Musgrove después del encuentro durante una entrevista con ESPN. “Me motivó un poco. Me encendió”.
Musgrove retiró en orden a los tres que enfrentó en el sexto y salió del montículo viendo directamente hacia el dugout de los Mets, antes de agarrarse la oreja con una mano y mostrársela al público mientras caminaba. Había permitido un solo hit hasta ese momento – el único que le dieron en toda la noche – y los Padres tenían ventaja de 4-0.
Cuando terminó su noche, Musgrove había lanzado 7 episodios y permitido un sólo imparable (sencillo), con un boleto y cinco ponches.
De acuerdo con Sarah Langs de MLB.com, Musgrove es el primer lanzador en la historia de la postemporada que lanza más de 7 innings y permite dos o menos hits en un juego de eliminación directa.
Ver video:
La tasa de rotación de los pitcheos de Musgrove el domingo estuvo por encima de su promedio de la temporada, pero no de forma inexplicable, pues también lanzó un poco más rápido de lo normal, quizás el resultado de que tuvo un día más descanso y además tenía la adrenalina de los playoffs.
