Santo Domingo.- El caso que consterno a todo el país hace más de dos años, la muerte y desaparición de la niña Liz María Sánchez, a manos de un hombre identificado como Esterlin Santos “El Panadero”.
Un tribunal condenó hoy a 30 años de prisión al confeso asesino, a pesar de que el cuerpo de la niña de 9 años nunca fue encontrado y todavía se desconoce si fue lanzada realmente donde este dijo.
Esta decisión fue tomada por las juezas del primer tribunal colegiado de Santo Domingo, tras considerar suficientes las pruebas presentadas por la defensa.
Y es que “El panadero” había confesado al Ministerio Público que aprovechando la confianza que existía con la familia de la menor, durante varios meses visitó la casa de la niña y abusaba sexualmente de ella, hecho del que también fue encontrado culpable.
Los familiares de Liz María, no pudieron evitar contener el llanto tras recibir la decisión del tribunal.
Ese se fatídico 16 de agosto en horas de la mañana, Liz María salió a la casa de Esterlin Santos con la ilusión de obtener un celular que el imputado le había ofrecido, sin saber que nunca volvería a su hogar.
Al llegar, como de costumbre, el hombre empezó a manosearla, pero esta vez, la niña lo amenazó con contarle a sus padres los abusos de que era víctima, esto desato el nerviosismo del “Panadero”, quien acto seguido la estranguló y llevo el cuerpo sin vida de la niña en un saco de harina al mar Caribe, de donde nunca fue recuperado.
La lectura íntegra de la sentencia será el próximo 2 de noviembre, y en esta se conocerá en que recinto el “Panadero”, deberá cumplir su condena.
Francisco Santos cuando fue apresado confesó ante los fiscales del Departamento contra Crímenes y Delitos contra la Persona de esta Fiscalía, que, tras haber cometido los hechos, introdujo el cadáver de la víctima con piedras en un saco y luego lo lanzó supuestamente al mar Caribe, específicamente a la altura del KM 14 de la autopista Las Américas.
El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:00 de la mañana del pasado domingo 16 de agosto del 2020 en la vivienda del imputado, ubicada en un callejón del ensanche Isabelita.
