RD.- Los familiares de la estudiante Esmeralda Richiez, encontrada muerta en el baño de su residencia luego de que saliera con su maestro de matemáticas, el primo de este y otras compañeras de escuela, solicitarán al Ministerio Público la realización de una segunda necropsia a su cadáver para avalar y hacer “incuestionables los resultados”.
La adolescente de 16 años fue sepultada el pasado miércoles 15 de febrero. De acuerdo a datos publicados por el Ministerio Público y dados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) la adolescente fue sometida a una actividad sexual violenta, que causó un sangrado, que desencadenó en un shock hipovolémico.
La información sobre la solicitud de una segunda necropsia la dio a conocer el abogado de la familia de Richiez, Juan Francisco Guerrero Marmolejos, luego de la posposición de la medida de coerción del principal acusado, el profesor John Kelly Martínez y su primo Rubén Morillo Martínez.
El profesional que encabeza la defensa de la familia, dijo que están en desacuerdo con el informe dado por el Inacif, al considerar que el expediente acusatorio debe ser “completado y ofrecer detalles que no indica el estudio, tal como han corroborado personalidades, científicos y reconocidos comunicadores”.
Guerrero dijo, además, que el país quedó impactado al conocer los primeros detalles de la necropsia al cuerpo sin vida de la joven, el cual fue el segundo golpe a la familia, razón por la cual tiene preparada la instancia para que sea conocida por el Ministerio Público a principio de la semana.
Consideró que el abogado Modesto Castillo, quien defiende al principal acusado de la muerte de Esmeralda, debiera utilizar otra técnica para su defensa y no acusar a sus padres y “hacer alegatos de que estos le habrían propiciado golpes a su hija, como una estrategia para desviar el caso de las atrocidades, aprovechamiento y crueldad con que se manejó el maestro frente a su propia estudiante, que sedujo siendo una menor”.
Guerrero también negó que los padres no actuaran, a pesar de que la joven le negó lo ocurrido y producto de algún “alucinógeno y pérdida de sangre, fue disminuyendo su capacidad de pensar con normalidad y no advertir que estaba en peligro de muerte”.
Para principio de semana, la jueza Yohany Diloné, del Tribunal de Atención Permanente de Higüey tiene a su cargo el conocimiento de medida de coerción contra los dos acusados en este caso. LD