Un curioso caso llamó la atención a nivel internacional, el periódico Mirror entrevistó el detective profesional Daniel Anderson, donde relató el sorprendente caso reciente resuelto por su agencia en Londres.
Según el medio, una mujer que estaba preocupada por un hombre con el que había estado saliendo durante unos seis meses antes de la pandemia de coronavirus, lo contrató para dar con su paradero.
El investigador privado dijo que el hombre, que afirmaba ser promotor inmobiliario, envió fotos en una cama de hospital y posteriormente fingió su propia muerte.
Poco después, a la mujer le contactó un hombre diciendo que era el hermano del promotor inmobiliario. El supuesto hermano le dijo que solo quería regalarle algo de la ropa del difunto y un reloj Rolex, y al mismo tiempo le pedía 10.000 libras, unos 11.600 euros, para los 100.000 que le hacían falta para el funeral.
La mujer quedó con de encontrarse con él. Al ver que era la misma persona con la que salía, el supuesto promotor se inventó una nueva historia: era un espía del MI5 y tuvo que fingir su muerte por motivos de seguridad por una misión fallida, y le pidió que no dijera nada.
Por fortuna, la mujer no picó el anzuelo. Daniel Anderson explicó que la mujer se había enamorado del estafador y que llegó a pasar un periodo de luto por su falsa muerte.