Mientras se dirigía a la Boya, de Andrés, Boca Chica para a hacer Surfing, actividad que practica con regularidad, el nadador dominicano Marcos Díaz casi pierde la vida tras pisar un pez piedra, especie que, además de su peculiar forma, se caracteriza por ser venenoso.
El hecho ocurrió a las ocho de la mañana, cuando Díaz salía del agua, al pisar el pez, siente un fuerte dolor que lo lleva a pensar que se trata de un vidrio.
Al revisar, solo ve tres pequeños puntos en su pie, mínimas heridas, pero el dolor rápidamente se vuelve más intenso.
Conocedor de la fauna marina, el deportista identifica la herida y le pide a un joven de la zona, lo ayuda a llegar a una casa para que le calienten agua para neutralizar el veneno.
Marcos atina a poner una nota al Chat de su compañero Rubén que volvía a la capital: «Rubén, he pisado un pez piedra, avísale a los que quedaron en la playa».
Rubén llama al Dr. Pedro Iván Peralta, intensivista y encargado de la Emergencia de Corazones Unidos quien le lee y le envía el protocolo a a seguir y le infoma que «no pueden salir para la capital, no les da tiempo, disponen de una hora para actuar.»
Al mismo tiempo, el Dr. Pedro Iván Peralta, llama a varios colegas intensivistas hasta dar con dos que milagrosamente estaban por la zona.
La acción rápida y un efectivo tratamiento hicieron posible que el nadador saliera del peligro, mientras tanto se encuentra estable recuperándose satisfactoriamente gracias a la atención médica recibida y a la solidaridad de la comunidad.
El pez piedra es una especie muy buena para esconderse en su entorno, sus aletas espinosos portan el veneno tóxico que puede causar dolor intenso e hinchazón en el sitio de la lesión, dificultad respiratoria, falta de frecuencia cardíaca, frecuencia cardíaca irregular.
Además de presión arterial baja, desmayo (shock), ansiedad, delirio, fiebre, parálisis, convulsiones, entre otros.