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Tampa, Florida, EE.UU. – La historia de los Yankees de Nueva York está marcada por una tradición que va más allá del terreno de juego. A lo largo de los años, la política del equipo respecto a la apariencia de sus jugadores ha sido un tema de conversación recurrente.
Desde el mandato del legendario propietario George Steinbrenner, los Yankees han exigido a sus jugadores mantener un aspecto limpio y bien cuidado, prohibiendo las barbas y el cabello largo.
Algunos de los jugadores más icónicos que han tenido que adaptar su imagen tras unirse a los Yankees incluyen:
Reggie Jackson: Tras jugar para los Atléticos de Oakland y ser parte de la famosa «Pandilla del Bigote», Jackson tuvo que afeitarse al llegar a Nueva York en 1977.
Randy Johnson: Llegó a los Yankees en 2005 desde Seattle y, a su llegada al entrenamiento de primavera, lucía un corte de cabello más corto y un rostro afeitado, recibiendo la aprobación del propio Steinbrenner.
Johnny Damon: Conocido por su larga cabellera y barba mientras jugaba con los Medias Rojas de Boston, se transformó completamente al unirse a los Yankees en 2006.
Jason Giambi: Luego de su paso por los Atléticos de Oakland, donde usaba barba y perilla, tuvo que afeitarse en su período con los Yankees antes de volver a dejarse el vello facial tras su regreso a Oakland en 2009.
Andrew McCutchen: Intercambiado a los Yankees en 2018, se afeitó la barba frente a su hijo, quien, sorprendido, exploró su rostro recién afeitado.
Gerrit Cole: Luego de jugar con los Astros de Houston luciendo cabello largo y barba, cumplió con las normas de los Yankees al firmar en 2020. En los últimos años ha mantenido un look más corto y prolijo.
Recientemente, los Yankees han flexibilizado su política, permitiendo «barbas bien arregladas». Este cambio marca una evolución en la tradición del equipo, adaptándose a los tiempos modernos sin perder la esencia de disciplina y profesionalismo que los caracteriza.