Al menos nueve miembros de una comunidad mormona instalada desde hace varias décadas en el norte de México fueron asesinados el lunes después de ser emboscados por un escuadrón de personas armadas.
Estos pertenecen a la familia LeBarón, cuyos miembros hablaron con los medios locales y señalaron que tres madres viajaban con sus 14 niños desde un asentamiento mormón en la localidad de Bavispe, en el estado de Sonora, hacia otro conocido como La Mora, en el estado de Chihuahua.
La mayoría de las víctimas serían ciudadanos estadounidenses.
Cuando estaban en la mitad del viaje fueron emboscados por un comando armado que de acuerdo a los primeros reportes pertenecería a uno de los carteles que controla la zona. Aunque no hay confirmación oficial de ello.
» Fue una masacre«, les dijo a varios medios Julián LeBarón, uno de los integrantes de la familia. Otros miembros del clan LeBarón señalaron que los menores que sobrevivieron a la emboscada habrían sido secuestrados por los atacantes, aunque fueron reportados como desaparecidos.
Hasta ahora la información sobre la emboscada no ha sido confirmada por el gobierno nacional, aunque los medios locales informan que se desplegaron fuerzas de la policía y el ejército en la región.
«El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que adoptó una política de no violencia y no confrontación con los poderosos carteles del país, pero sus críticos lo acusan de carecer de una estrategia de seguridad coherente», indicó Grant.
» La presión sobre el gobierno está creciendo después de un episodio vergonzoso el mes pasado, cuando la policía en Sinaloa liberó al Ovidio Guzmán López, ‘El Ratón’, hijo del narcotraficante preso Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, luego de que sus hombres los superaran», añadió.
La familia LeBarón
De acuerdo a varios medios, la familia LeBarón llegó a México en la década del 20 y se estableció en el estado de Chihuahua. Aunque pertenecían originalmente a la iglesia mormona, de acuerdo al periódico mexicano El Diario de Chihuahua, sus miembros se separaron de ella porque no querían dejar la práctica de la poligamia.
En 2009, la comunidad ganó la atención nacional debido al secuestro de uno de sus miembros, Erik LeBarón. La familia se negó a pagar el rescate del joven de 17 años. Finalmente fue liberado.
Pero ese mismo año, dos integrantes del clan fueron asesinados como un mensaje de advertencia por el papel que desempeñaron para conseguir su puesta en libertad.
La comunidad es reconocida por su activismo en una región que es controlada por varios grupos afiliados a carteles de la droga, que operan en la frontera con Estados Unidos.