El número fallecidos por un nuevo virus surgido en China aumentó a 361 y un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que otros gobiernos deben prepararse para el “control de brotes domésticos” si la enfermedad se propaga por sus países.
Beijing criticó la orden de Washington para impedir el ingreso de la mayoría de los extranjeros que visitaron el país asiático en las últimas dos semanas.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunció medidas similares el sábado, luego de Japón y Singapur.
Por otra parte, Corea del Sur e India evacuaron a cientos de sus ciudadanos de Wuhan, la ciudad que está en el centro de una región donde unos 50 millones de personas tienen prohibido salir en un amplio esfuerzo gubernamental por controlar la enfermedad. Indonesia también envió un avión.
El número de casos confirmados en China aumentó a 11.791, superando el número de contagios durante el brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) en 2002-2003. La rápida propagación del virus en apenas dos meses llevó a la OMS a declarar una emergencia global el jueves.
Esta declaración supuso pasar de la cautela previa a recomendar a los gobiernos que se preparen para la posibilidad de que el virus pueda expandirse, dijo el representante de la agencia de salud de Naciones Unidas en Beijing, Gauden Galea. La mayoría de los casos reportados por el momento son de personas que visitaron China o de familiares.
La OMS actuó por la preocupación de que los países más pobres pudiesen no estar equipados para responder a la situación, apuntó Galea. Una declaración de este tipo requiere una respuesta internacional coordinada y puede aportar más dinero y recursos.
La agencia dijo estar especialmente preocupada por algunos casos en el extranjero en los que hubo contagio de persona a persona.
Estados Unidos declaró una emergencia de salud pública el viernes y el presidente Donald Trump firmó una orden que prohibirá la entrada de manera temporal a los ciudadanos extranjeros _con excepción de familiares directos de estadounidenses y residentes permanentes_ que hayan viajado a China en los últimos 14 días, que según los científicos es el período de incubación más largo para el virus.
El gobierno chino criticó la medida, que dijo contradice la exhortación de la Organización Mundial de la Salud de evitar las prohibiciones a los viajes, y los “comentarios hostiles” de que Beijing no estaba cooperando.
“Justo cuando la OMS recomendó no restringir los viajes, Estados Unidos se apresuró a actuar en forma opuesta. Ciertamente que no es un gesto de buena voluntad”, dijo Hua Chunying, portavoz de la cancillería.
Por otro lado, el gobernante Partido Comunista postergó el fin del feriado por el Año Nuevo Lunar en la provincia de Hubei, donde se ubica Wuhan, durante una “extensión apropiada” no especificada, y exhortó a la población allí a permanecer en sus casas.
Otra ciudad de la región en cuarentena, Huanggang, prohibió el sábado que la mayoría de los residentes que salgan de sus casas en el control más férreo impuesto hasta la fecha. Una persona por vivienda podrá salir al exterior para comprar comida una vez cada dos días, dijo el gobierno.
“A los demás no se les permitirá salir salvo para recibir tratamiento médico, realizar trabajados de control y prevención de epidemias o trabajar en supermercados y farmacias”, explicó el anuncio.
Las medidas de aislamiento, que son cada vez más drásticas, comenzaron el 23 de enero con la suspensión de los viajes de avión, bus y tren a Wuhan, un centro industrial con 11 millones de habitantes. La cuarentena se amplió a las ciudades próximas.
El feriado del año nuevo concluye el domingo en el resto del país tras una extensión de tres días para postergar el regreso de cientos de millones de trabajadores chinos a las fábricas y oficinas. La agencia noticiosa estatal Xinhua dijo que a la gente en Hubei que trabaja fuera de la provincia también se le permitió extender el feriado.
La decisión del partido “destaca la importancia de la prevención y el control de la epidemia entre los viajeros”, señaló Xinhua.
Los estadounidenses que regresan de China podrán entrar al país, pero serán revisados en ciertos puertos de ingreso y se les pedirá que se monitoreen durante 14 días. Los que vuelvan de Hubei tendrán que estar en cuarentena ese mismo número de días.
A partir del domingo, Estados Unidos también enviará todos los vuelos provenientes de China a siete grandes aeropuertos en donde los pasajeros podrán ser revisados.
Estados Unidos emitió su orden tras una recomendación de viaje a los estadounidenses para que sopesaran irse de China. Japón y Alemania también recomendaron evitar viajes no esenciales, al igual que Gran Bretaña, excepto para Hong Kong y Macao.
Al menos 23 países reportaron casos de la enfermedad desde que China informó a la OMS sobre la existencia del nuevo virus a finales de diciembre.
España reportó su primer caso el viernes en la noche. Se trata de un ciudadano alemán que estuvo en contacto con una persona afectada en Alemania y luego viajó a las Islas Canarias con unos amigos. Las cuatro personas que fueron hospitalizadas junto a él no presentaban síntomas de la enfermedad.
La tasa de mortalidad en China está bajando, pero el número de casos confirmados seguirá creciendo porque quedan miles de muestras presuntos casos por analizar, señaló Galea, el funcionario de la OMS.
“La ratio de mortalidad del caso se está estableciendo en un nivel mucho más bajo que el que se reportaba hace tres, ahora cuatro, semanas”, añadió.
Tanto el nuevo virus como el SARS pertenecen a la familia de los coronavirus, que incluye también a los que causa la gripe común.