Los precios del petróleo se hundieron este lunes cerca de un 30%, su caída más fuerte desde la guerra del Golfo en 1991, después de que Arabia Saudita desatara una guerra de precios con grandes rebajas de sus barriles de crudo.
La semana pasada la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderada por Arabia Saudita, y sus socios petroleros, encabezados por Rusia, no lograron un acuerdo para reducir la producción y apoyar los precios, en un contexto de caída de la demanda por el coronavirus.
Rusia, el segundo productor mundial de petróleo y que no es miembro del cártel, se negó a una nueva reducción colectiva de esos 23 países (la llamada OPEP+) de 1,5 millones de barriles al día, como proponían los sauditas.
Como consecuencia, y tras el fracaso de las negociaciones, Arabia Saudita decidió el domingo el mayor recorte de sus precios del barril en 20 años, indicó el domingo la agencia Bloomberg News, provocando además una tormenta en los mercados.
Los sauditas recortaron así entre 4 y 6 dólares el precio de sus barriles para entrega en abril con destino a Asia y en 7 dólares los destinados a Estados Unidos, indicó Bloomberg.
La petrolera nacional Aramco redujo además el barril de Arabian Light a un precio sin precedentes de 10,25 dólares, según la agencia.
El desacuerdo ya hizo caer los precios del crudo un 10% el viernes.
Para Jeffrey Halley, una analista de Oanda, «Arabia Saudita parece tener la intención de castigar a Rusia» con su decisión de reventar los precios.
En el mercado asiático del petróleo, hacia las 06H30 GMT de lunes, los dos principales barriles caían cerca de un 30%: el WTI (West Texas Intermediate) cayó a 29 dólares y el Brent hasta los 33 dólares.
«El hundimiento de los precios del petróleo tiene enormes repercusiones a escala mundial y pone en duda la viabilidad financiera de varias empresas y varios países», indicó Josh Mahony, un analista de IG.
Las bolsas también cayeron en Asia, en el Golfo y en Europa.
La bolsa de Riad, la más importante del Golfo, cedió 9,2% en la apertura mientras que el precio de la petrolera nacional Saudi Aramco cayó un 10%, muy por debajo de su precio de entrada en bolsa en diciembre.
Según Mahony, el mercado del petróleo sufrirá en los próximos meses porque a la guerra de precios de Arabia Saudita se suma el freno del crecimiento económico mundial provocado por el coronavirus, que hace caer la demanda de crudo.
En este sentido la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó este lunes una previsión a la baja de la demanda mundial de petróleo para 2020, que sería la primera desde 2009.
La demanda tendría que contraerse en unos 90.000 barriles diarios (bd) respecto a 2019, según la hipótesis central de la AIE, que teniendo en cuenta la «extrema incertidumbre» de la situación, publica también un escenario pesimista (-730.000 bd) y otro optimista (+480.000 bd).
«Todavía hay una pequeña esperanza que Arabia Saudita juegue una carta para intentar llevar a los miembros de la OPEP+ [los 13 países de la OPEP más otros diez, incluida Rusia] a la mesa de negociaciones», indica Bjarne Schieldrop, un analista de SEB, que cree sin embargo «poco probable» que logre convencer a Rusia.
Hacia las 10H25 GMT, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en mayo valía 36,13 dólares en Londres, un 20,19% menos en relación al viernes al cierre. En la apertura en Asia se había hundido hasta 31,02 dólares, su nivel más bajo desde febrero de 2016.
En Nueva York, el barril estadounidense de WTI perdía 21,10%, hasta 32,57 dólares. Hacia las 04H30 GMT, cayó hasta 27,34 dólares, su nivel más bajo en cuatro años.
El impacto de la caída de los precios
«La caída de un 30% del precio del petróleo no tiene precedentes y está provocando una gran onda de choque en los mercados financieros», dijo Margaret Yang, una analista de CMC Markets.
Las consecuencias se propagaron este lunes a las bolsas mundiales, ya muy afectadas en las últimas semanas.
Los índices europeos abrieron en rojo, de París a Londres, pasando por Milán. En la capital financiera de Italia, aislada para intentar frenar la propagación del nuevo coronavirus, el principal índice perdió más de un 8% poco después de la apertura.
Hacia las 10H30 GMT, el Dax de Fráncfort perdía más de un 6%, igual el Ibex-35 español y el CAC-40 de París. Por su parte el FTSE-100 de Londres rozaba pérdidas del 7%.
La bolsa de Tokio también se vio afectada, en particular por el aumento del valor del yen, que afecta negativamente a las exportaciones, y el Nikkei cerró con una caída del 5,07%, un récord desde febrero de 2018.
Las bolsas chinas también terminaron a la baja, igual que las del Golfo.
En Riad, la bolsa perdía cerca de un 8% a media jornada y las acciones de Saudi Aramco –-la petrolera nacional saudita que produce 9 millones de barriles al día-– continuaba hundiéndose. En dos días su valorización bursátil perdió unos 320.000 millones de dólares.
Los mercados temen ahora una crisis de la economía real, a medida que la epidemia de coronavirus afecta a las cadenas de producción de todo el planeta, obliga a cancelar vuelos y eventos profesionales y hace caer el turismo.
La caída en las bolsas podría además provocar dificultades de financiación para la economía real, como ya ocurrió en la crisis financiera de 2008.
En Europa, el impacto del coronavirus sobre el crecimiento de la economía francesa será de «varias décimas de punto» del Producto Interior Bruto (PIB), advirtió el lunes el ministro de Economía Bruno Le Maire.
Alemania, que según los economistas es uno de los países más vulnerables por su economía, muy dependiente de las exportaciones, anunció varias medidas de apoyo pero no tan drásticas como esperaban los observadores.
Por su parte Japón parece dirigirse a la recesión, definida como una contracción del PIB durante al menos dos trimestres seguidos. Si se confirma sería la primera desde 2015.