EEUU registró en las últimas 24 horas 2,333 nuevas muertes por la Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, lo que elevó el total a 72,284. La cifra representa un drástico aumento en comparación con los 1,015 decesos reportados en la víspera. No obstante, esta brecha suele deberse al hecho que haya reportes que se retrasen durante el fin de semana, lo que reduce los del lunes y, a la vez, incrementa los del martes.
La cantidad de casos positivos, en tanto, ya es mayor a los 1,238,052, aproximadamente un tercio de la cifra global.
En los últimos días, tanto el presidente Trump como la universidad de Washington, cuyas proyecciones son usadas como referencia en la Casa Blanca, indicaran que revisaron sus estimaciones a la suba.
El primero indicó en una entrevista televisiva este fin de semana que la cifra estará entre 80.000 y 90.000. “Solía decir 65.000, ahora estoy diciendo 80 o 90. Sube y lo hace rápido”, expresó.
En tanto, el Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington duplicó su propia proyección e indicó que la razón principal será la relajación de las medidas de aislamiento social en distintos estados del país.
El nuevo modelo asegura que 134.000 personas morirán de la enfermedad, en contraste con las 72,433 de su estimación anterior. El modelo más optimista había proyectado 60,000 muertes, cifra que ya fue superada la semana pasada.
En paralelo, el estudio de referencia de la propia Casa Blanca ha proyectado entre 100.000 y 240,000 muertes por el nuevo coronavirus, aún con estrictas medidas de distanciamiento social. Y uno nuevo -al que el Gobierno sin embargo no le ha dado caracter oficial- proyecta que para el 1 de junio habrá más de 3.000 muertes diarias.
No obstante, el vicepresidente Mike Pence indicó este martes que el grupo de trabajo sobre el coronavirus que encabeza y fue creado para gestionar la respuesta del gobierno federal a la pandemia podría ser disuelto en un mes. “Gracias al tremendo progreso que hemos hecho como país”, argumentó.
“Creo que estamos empezando a ver la ventana del Memorial Day (25 de mayo) o la ventana de principios de junio como un momento en el que podríamos empezar a hacer la transición para que nuestros organismos empiecen a gestionar la respuesta nacional de una manera más tradicional”, dijo el Pence.
El presidente Donald Trump se expresó en el mismo sentido, indicando desde una planta en el estado de Arizona que “tendremos algo con una forma distinta”. “Creo que estamos mirando a la fase dos y después a otras fases”, agregó, consultado acerca de si desmontar la unidad le parecía una buena idea. No obstante, aseguró que la doctora Deborah Birx, la médica que lidera los esfuerzos de la unidad, continuaría involucrada en el trabajo del gobienro.
Esta medida va en línea con el nuevo enfoque de Trump de impulsar al país a aceptar la reapertura de la economía.
Trump dice que quiere una reapertura «segura» y que las dificultades causadas por el cierre económico son la principal amenaza para el país.
“No podemos mantener nuestro país cerrado durante los próximos cinco años”, dijo el martes en un viaje a una fábrica de máscaras en Arizona. El presidente admitió, sin embargo, que algunas personas serían “gravemente afectadas”.
La vocera de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany ,insistió en que Trump continuará informándose con los equipos médicos, aunque no haya un grupo oficial de manejo de la crisis.
“El informe sobre el grupo de trabajo está siendo malinterpretado al sugerir que la Casa Blanca ya no involucra a los expertos médicos. Esto es totalmente falso. El Presidente continuará su enfoque basado en los datos para una reapertura segura”, tuiteó.