RD.- Para que en la República Dominicana todos los ciudadanos estén conscientes de lo que se está enfrentando, economistas entienden que se deben tomar varias medidas, entre ellas declarar un estado de emergencia económico y social.
Además, consideran que la situación que recibirá el próximo gobierno es extremadamente difícil y complicada, que ameritará grandes sacrificios y tendrá grandes impactos en los grupos vulnerables y en las clases medias.
“Las nuevas autoridades electas tendrán, partir del 16 de agosto de 2020, un tremendo reto ya que recibirán una economía que atraviesa por la crisis económica más profunda desde el año 1966”, indica Antonio Ciriaco Cruz, vicedecano de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Entiende que recibirán una economía con un crecimiento proyectado, oficialmente, de 0%, lo que implica una caída o contracción de alrededor del 5% del PIB si se compara con el crecimiento proyectado antes del COVID-19.
Por el lado de las finanzas públicas, Antonio Ciriaco Cruz explica que en estos momentos el Sector Público No Financiero (SPNF) opera con un déficit de RD$233,595,085,300 equivalente al 5.12% del PIB, pero si se suman los déficits de las empresas pública, las Instituciones Descentralizadas, Autónomas y la Seguridad Social, el déficit del Sector Público Consolidado sube al 6.0% del PIB.
Para el vicedecano de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en materia de deuda pública, esta se coloca, hasta marzo del 2020, en 62% del PIB incluyendo el último financiamiento incorporado en el recién aprobado presupuesto complementario.
“Una de las razones por la cual el ratio de la deuda será alto este año se deberá no solo a que habrá más financiamiento por el déficit, sino también porque el PIB en dólares proyectado para este año es de US$81,169 millones de dólares y no los US$88,906 del 2019”, indicó el profesional.
Asegura que lo antes expuesto implica que la base por la cual se divide el ratio deuda/PIB, tendrá un mayor monto de deuda dividido por un PIB en dólares menor.
Por el lado del empleo, actualmente según datos oficiales del Ministerio de Trabajo existen alrededor de 827 mil empleados formales que no están recibiendo ayuda en el programa FASE y tampoco han sido liquidados.
“Con estas informaciones hemos proyectado para este año 2020, una tasa de desempleo abierta de alrededor del 11.0%. Esto implica un incremento considerable en el desempleo abierto considerando que a principio de año la tasa de desempleo abierta era del 5.9%”, detalló Ciriaco Cruz.
Asimismo, los sectores orientados hacia el exterior como son turismo, zonas francas, inversión extranjera y remesas, Ciriaco Cruz entiende que están colapsados, por lo que se proyecta una reducción de alrededor de 7,000 millones de dólares que no recibirá el país.
En el caso del sector zonas francas, el economista Henri Hebrard entiende que en los actuales momentos el único sector generador de divisa que puede aportar empleo es el de zonas francas, por lo que indica que este sector hay que asegurarse con medidas muy puntuales y se le dé el oxígeno necesario.
Indica que entiende que del mismo modo como el Ministerio de Salud decretó un estado de emergencia a nivel de salud en aquellos momentos, habría que decretar un estado de emergencia económica y social para que todos tengan muy claro la situación que se está enfrentando.
“En resumidas cuentas, un panorama económico muy complicado por la parte social y por la parte de salud y que obliga de carácter de urgencia que en un corto plazo el nuevo gobierno pueda implementar medidas de emergencias y así preparar un nuevo presupuesto modificado 2020 porque la caída de ingresos va a ser mucho mayor de lo que se ha consignado”, expresó.
Indica que el presupuesto modificado dice que hay una economía que va a crecer 0 pero según las proyecciones que yo tengo se va a reflejar una caída de -6%, -5%.
“La agenda inmediata es salvar a la gente, dándole alimentos, y salvar las empresas que son las fuentes de empleos. Esos son retos muy grandes”, expresó el economista. Por: Joaquín Caraballo
