Una joven que ha gastado más de $100,000 dólares en cirugías plástica afirmas que no puede conseguir un empleo porque los hombres no saben comportarse frente a ella por ser demasiado sexy.
La modelo Barbara Luna Sipos, de Budapest, Hungría, ha soñado con parecerse a una muñeca Barbie desde que era una niña. Durante años ha luchado por conseguir la apariencia de la muñeca y ser una Barbie en la vida real.
La joven de 22 años se sometió a su primer procedimiento cosmético, un aumento de senos, a los 17 años y no ha parado desde entonces. En los años que siguieron, se sometió a un total de 10 cirugías.
El primer aumento de senos de Bárbara no fue el único, ya que la modelo se sometió a ese tipo de cirugía dos veces, pasando de un tamaño de seno 34B a 34F.
Y aunque dice que nunca se sintió fea, ahora está mucho más feliz de lo que estaba antes de sus múltiples cirugías, ya que dijo que anteriormente no se sentía contenta con su apariencia.
Afortunadamente para Barbara, su ex esposo, a quien conoció en agosto de 2016, amaba la apariencia de la muñeca Barbie tanto como ella y pagó “casi todas” sus cirugías y tratamientos cosméticos, gastando $100,000 dólares en ella.
Además de los dos aumentos de senos por, Barbara se realizó dos rinoplastias, reducción de mentón y mandíbula, cirugía de la frente, un levantamiento de cejas, un lifting de labios, tratamientos de relleno labial, levantamiento de glúteos brasileño y cirugía de vagina.
Barbara, que ahora trabaja como modelo web, afirma que se vio obligada a renunciar a su antiguo trabajo porque su “carisma” enloquecía a los hombres.
“A los 15 años, comencé a trabajar como asistente de un agente inmobiliario, pero todos mis jefes e incluso los clientes trataron de tener sexo conmigo, a pesar de que nunca me comporté o me vestí para que así lo creyeran. Fue mi aura y carisma lo que enloqueció a los hombres.
Así que me di cuenta de que este tipo de trabajo, un empleo normal, no era para mí porque vivo en una sociedad donde una mujer muy atractiva no tiene muchas opciones para mantener su trabajo u obtener una posición más alta sin tener sexo con hombres, algo que yo no quería.
Es porque todavía vivimos en una sociedad patriarcal, nos guste o no. Estoy totalmente a favor del feminismo, pero las chicas muy femeninas como yo no deberían tener que tratar con hombres en el lugar de trabajo. Los hombres se mueven por su sexualidad y es difícil para ellos estar cerca de una chica sexy”, dice la joven, según afirma Unilad.
Poco después de renunciar a su trabajo, conoció a su ex esposo, pero se divorció de él en noviembre de 2019 apenas dos años después del matrimonio. Desde su divorcio, ha trabajado como modelo de lencería.
Ahora, Barbara espera encontrar un “marido para siempre” y dice que no tiene problemas para atraer hombres gracias a su aspecto de Barbie. Fuente: eldiariony