Bonao es uno de los municipios del Cibao de la República Dominicana, específicamente es el municipio cabecera de la provincia Monseñor Nouel, ubicada al noroeste de la ciudad capital de Santo Domingo aproximadamente 85 kilómetros.
Es la capital de la provincia Monseñor Nouel en la República Dominicana.
Bonao tiene cinco distritos municipales que estos son Arroyo Toro-Masipedro, Jayaco,, Juma Bejucal, La Salvia-Los Quemados y Sabana del Puerto.
Este municipio se popularmente conocido la “Villa de las Hortensias”, debido a que la flor hortensias es parte de la flora que embellece este lugar.
El nombre Bonao proviene del cacique taíno quien gobernaba estas tierras durante la llegada de los colonizadores españoles a la isla.
El origen de Bonao se remonta a finales del siglo XV con el levantamiento de una fortaleza para proteger las minas de oro cercanas. Cuando las minas se agotaron, los habitantes abandonaron la región.
Bonao volvio a ser fundada a inicios del siglo XIX, aproximadamente a unos cinco kilómetros al norte de su antigua ubicación. Fue declarado puesto cantonal en 1859, y luego fue elevado a municipio de La Vega en 1865.
Tras la creación de la provincia Monseñor Nouel en 1982, Bonao fue declarardo el municipio cabecera de la nueva provincia.
Bonao es uno de los pueblos más ricos del país. Su economía proviene generalmente de sus cultivos de arroz, pequeños productores de cacao y café, y la explotación minera (níquel) por la compañía Falcondo Xstrata Níquel.
Las fiestas patronales de Bonao son celebradas cada año del 5 a 13 de junio en honor a San Antonio de Padua.
En el centro de esta comunidad está la Plaza de la Cultura. Este museo, centro cultural y escuela de arte fue fundada por Cándido Bidó, uno de los grandes pintores dominicanos.
Al norte del pueblo, encontraran el Salto de Jima, un popular balneario en medio de un denso bosque tropical dentro de la Reserva Cientifica Las Neblinas.
Época precolombina
Por estar situada en el centro de la isla, la ocupación del territorio de la actual provincia Monseñor Nouel se hizo tardíamente, en comparación con lugares situados en la costa de la isla o en sus proximidades.
Los primeros grupos humanos que penetraron al centro de la isla y, por ende, estuvieron dentro o en los alrededores del territorio actual de la provincia, lo hicieron hacia el año 1000 antes de Cristo.
Pertenecían a los grupos llamado barreroides, que se caracterizaban por ser recolectores; es decir, que no practicaban la agricultura.
Época colonial
A la llegada de los españoles, el territorio de la provincia Monseñor Nouel pertenecía al cacicazgo de Maguá. El origen de la presencia de los europeos en Bonao data de 1495, cuando los españoles iban penetrando la isla de sur a norte y a su paso construían fortalezas, una de las cuales fue la de Bonao.
Se dice que el primer fuerte levantado en el lugar fue llamado Bonao Abajo, La Colonia o La Entrada, que luego fue ocupado por la gente de Francisco Roldán. Los indios de Rincón de Yuboa o Bonao Arriba, vapuleados y presionados por los españoles, desaparecieron del lugar alzándose hacia las cuevas del Último Cielo, en la jurisdicción Los Capaces.
Bonao tuvo una relevancia significativa en los primeros años de la colonización de la isla, ya que en este lugar se refugió Francisco de Roldán con 70 rebeldes, que desconocieron la autoridad de los Colón en el año 1497. Los orígenes de la villa de Bonao están asociados, precisamente, con esta rebelión, en la medida en que algunos de los que participaron en ella se quedaron allí, cuando ésta culminó hacia el mes de octubre de 1498. Como escribió el padre Bartolomé de las Casas en su libro Historia de las Indias “Avecindáronse algunos en el Bonao y se comenzó allí la villa del Bonao.
Que la villa de Bonao fue fundada durante los tiempos del almirante Cristóbal Colón queda bastante claro en el siguiente párrafo de Gonzalo Fernández de Oviedo, en su Historia General y Natural de las Indias:
“..Don Cristóbal Colon, fizo e fundó… aquella primera población de los treinta e ocho cristianos, donde quedó por capitán Rodrigo de Arana, la cual se llamó la Navidada, fue el primer pueblo católico en esta isla; y después, en el segundo viaje que vino, fundó la ciudad llamada isabela, cuando estuvó del otro cabo deste río; porque allí trajo la gente de la Isabela el adelantado don Bartolomé Colon, hermano del dicho Almirante, como en otras partes está dicho. Fundó asimismo el Almirante primero la ciudad de la Concepción de la Vega, fundó las villas de Sanctiago y del Bonao”
El 7 de diciembre de 1508 a Bonao se le otorgó oficialmente la categoría de villa y se le concedió escudo de armas.
La principal actividad económica de esta villa era la recogida de oro, aunque sus minas no eran grandes. Cuando las explotaciones de oro por los españoles en la isla se agotaron, en Bonao se instalaron dos ingenios de azúcar, según relata el Bachiller Alonso de Parada en una relación hecha al rey Carlos V y que aparece en el libro Santo Domingo en los Manuscritos de Juan Bautista Muñoz transcrito por Roberto Marte:
“El Bonao es tierra que lleva mucho fruto de pan i maíz, hanze comenzado a hacer en el dos engenios quel uno moldra presto”
Más adelante, Gonzalo Fernández de Oviedo, en su obra ya citada, menciona la existencia de un solo ingenio, lo que sugiere la desaparición de uno. Dice Oviedo:
“En la villa del Bonao, diez e nueve leguas desta ciudad de Santo Domingo, está otro buen ingenio de azúcar, que tienen los hijos de Miguel Jover, catalán, e Sebastián de Fonte, e los herederos de Hernando de Carrión; y es buena hacienda”
La producción azucarera no fue un aliciente suficiente para mantener el atractivo de los españoles sobre la villa de Bonao. Hacia 1528 ésta había desaparecido junto a otras villas, según hacen contar los licenciados Espinosa y Alonso de Suazo en una relación al Consejo de Indias. En lo sucesivo, la población del territorio desapareció. En ningún documento del período colonial donde se mencionan las villas existentes se alude a Bonao. Tampoco hace mención de Bonao Antonio Sánchez Valverde, autor de un importante estudio sobre la colonia a fines del siglo XVIII.