Santiago.- El presidente Luis Abinader, dijo este viernes que «la comunidad internacional tiene la obligación de acudir en ayuda de Haití para superar los sufrimientos que soporta ese pueblo».
Durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de la IntegraciónCentroamericana (SICA) que se celebra en Santiago (norte de República Dominicana), Abinader subrayó esa «obligación» también para que el Gobierno de Haití «pueda asumir mayor nivel de responsabilidad frente a los países de su entorno» en lo que respecta a la migración.
Haití, destacó, «recientemente ha visto su estabilidad política y social deteriorarse a niveles sin precedentes, desatando oleadas de inmigración en la mayoría de los casos irregulares y desordenadas, siendo el primer destino República Dominicana, pero incluso también otros países» de la región.
Abinader llamó la atención acerca del «sacrificio» que hace República Dominicana con el exceso de inmigrantes irregulares, que «supera sus posibilidades de asimilación».
Por ello, insistió, «la comunidad internacional tiene la obligación, la obligación, de acudir en ayuda de Haití», cuya situación es un «tema de suma importancia para República Dominicana».
Si bien, señaló, Santo Domingo es consciente de los que los movimientos migratorios «se producen por factores estructurales propios del desarrollo de nuestras economías, también es cierto que es obligación de cada Gobierno asumir los niveles de compromiso que le corresponden, sobre todo si son emisores».
Ante una migración sur-sur que «no cesa de crecer, es imperativo que desde el SICA y en cada uno de los organismos donde tenemos espacios de diálogo trabajemos seriamente para lograr un mejor ordenamiento de los movimientos de personas», añadió.
Haití vive una aguda crisis en todos los órdenes y una espiral de violencia a manos de las bandas armadas que controlan gran parte de Puerto Príncipe y que, incluso, durante semanas bloquearon la principal terminal petrolera del país.
Ello provocó una escasez de combustible que paralizó Haití y obligó incluso al cierre de hospitales, en un momento en que el cólera ha vuelto a aparecer causando ya más de 200 muertos.
Pese al desbloqueo de la terminal petrolera, el caos continúa en el país más pobre de América, donde alrededor de 4,7 millones de personas experimentan altos niveles de inseguridad alimentaria de los 11 millones de habitantes del país.
Ante esta situación, en noviembre el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, solicitó a República Dominicana detener las deportaciones forzosas de haitianos.
Abinader, quien calificó las declaraciones de Türk de «inaceptables» e «irresponsables», anunció que las repatriaciones de haitianos indocumentados no solo continuarían, sino que se incrementarían.
En República Dominicana residen miles de ciudadanos haitianos, la mayoría de ellos en condiciones de migración irregular, y la mayor parte de las deportaciones desde este país les afectan a ellos.