La consternación y el dolor embargan a la familia de Adonis Martínez de la Cruz, conocido como «El Chacal», quien perdió la vida en un violento ataque a tiros en La Rotonda del municipio Peralvillo.
En medio del luto, sus familiares claman justicia a las autoridades y denuncian la creciente ola de violencia que azota la zona. Según narran los familiares, Martínez viajaba en compañía de otras personas cuando se desató el ataque perpetrado por individuos encapuchados que se desplazaban en motocicleta.
Sus acompañantes se percataron de la gravedad de las heridas de Martínez al observar su dificultad para respirar, tras los múltiples impactos de bala que recibió el vehículo en el que se transportaban.
Martínez, residente en España, había regresado a su tierra natal, Yamasá, en diciembre pasado para disfrutar de unas vacaciones. Tenía previsto su regreso a Europa el próximo 27 de enero, un viaje que quedó truncado por la tragedia.
El tío de la víctima expresó con profunda tristeza:
«Lo que está pasando en nuestro pueblo de Peralvillo y Yamasá nos tiene consternados, porque no solamente fue la vida de mi sobrino, sino que ya son cinco jóvenes los que han perdido la vida desde el 26 al Peralvillo».
La principal queja de los pobladores se centra en la falta de atención y acción por parte de las autoridades, quienes, según denuncian, realizan patrullajes mínimos, poco frecuentes y concentrados únicamente en los lugares donde hay música, dejando desprotegidas otras zonas.
La comunidad exige mayor presencia policial y medidas efectivas para frenar la violencia que se ha apoderado de la región. El caso de Adonis Martínez se suma a una lista de hechos violentos que mantienen en vilo a los residentes de Peralvillo y Yamasá.
Las autoridades continúan con las investigaciones y se mantiene el rastreo de dos jóvenes que han sido señalados como los presuntos responsables del ataque.
La familia de Adonis Martínez, junto a la comunidad, espera que este crimen no quede impune y que se haga justicia para que hechos como este no se repitan.
El llamado a las autoridades es claro y urgente: mayor seguridad y atención para Peralvillo y Yamasá.
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