Cuando estamos en familia o en tiempos de frío, los platillos reconfortantes siempre se antojan para una rica comida o una cena. Por lo general son recetas que se disfrutan bien calientes, como algún guiso al horno o un estofado que ha ido preparándose a fuego lento.
Hoy te propongo una idea sencilla y deliciosa de plato reconfortante con estas albóndigas de cerdo en salsa de champiñones. Es muy sencilla de elaborar ya que necesitarás una carne molida de cerdo de buena calidad, crema de champiñones ya lista, así como algunos otros ingredientes que seguramente ya tienes en tu alacena.
Ingredientes
Para 2 personas
Carne de cerdo molida 300 g
Cebolla blanca chica 1
Pan molido 80 g
Huevo 1
Salsa de champiñones 250 ml
Aceite de oliva 15 ml
Sal
Pimienta negra molida
Cómo hacer albóndigas de cerdo en salsa de champiñones
Dificultad: Fácil
Tiempo total 45 m
Elaboración 15 m
Cocción 30 m
Vamos empezar por picar la cebolla blanca finamente. Colocamos entonces la carne molida de cerdo en un cuenco al que agregaremos el pan molido, la cebolla picada, el huevo, sal, pimienta. Revolvemos bien como hasta integrar todos los elementos. Con las manos vamos a formar las albóndigas de un tamaño equivalente al de un par de cucharadas soperas.
Ponemos a calentar el aceite de oliva en un sartén bastante grande y cuando esté caliente integramos las albóndigas. Las sellamos a fuego medio alto por ambos lados por un par de minutos y bajamos la lumbre al mínimo. Las dejamos unos 15 minutos con el sartén tapado. Mientras tanto ponemos a calentar la salsa de champiñones en una olla por unos cinco minutos. Al termino de los primeros 15 minutos de cocción de las albóndigas, les agregamos la salsa de champiñones, revolvemos y dejamos otros 15 minutos, siempre a fuego lento.
Con qué acompañar las albóndigas de cerdo en salsa de champiñones
Personalmente me encanta disfrutar de estas deliciosas albóndigas de cerdo en salsa de champiñones con unos espaguetis, pero también podrías acompañarlas de arroz o papa al horno. En todos los casos, la salsa será lo que le dé un buen sabor a la guarnición. Una cerveza clara o una copa de vino tinto serán perfectos para comer este platillo reconfortante por excelencia. Directo al paladar
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