La oferta sobre quién puede ser el MVP de la temporada regular de la NBA es muy amplia. Las estadísticas, jugadas más espectaculares y cualidades de los candidatos abundan. Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo, Stephen Curry y Joel Embiid se disputan el cetro que obtuvo por dos campañas seguidas Nikola Jokic. Lo que no está en discusión, o no debería, es cuál es el mejor equipo de la liga hasta el momento. Ahí el menú es de plato único: Boston Celtics.
Descorchamos un vino especial, lo servimos en la copa más linda y nos sentamos a disfrutar de una función más de los Celtics. Una advertencia: el conjunto dirigido por Joe Mazzulla no es el más espectacular, no entregará la jugada que nos haga sobresaltar y no tiene a la estrella a la que todo el mundo admira. Es, simplemente, el mejor.
De hecho, los Celtics tienen como oponente a Doncic, el jugador del momento. Y no se inquietan. Lo dejan brillar, pero le impiden que involucre a sus compañeros en el juego. Así, el esloveno anota pero no asiste, sobre todo en el primer tiempo en el que Boston saca 21 puntos de ventaja, la máxima diferencia de los de verde en cualquier mitad de partido en la temporada.
La cena, con los Celtics, es un plato que se disfruta lento. «Boston trajo a la mesa intensidad defensiva, están todos muy activos», analiza Chapu Nocioni en la transmisión de ESPN. Y sí, una de las grandes virtudes del último finalista de la NBA es la defensa. Todos los jugadores están comprometidos en esa tarea. Y se nota. Eso no reluce, pero genera victorias.
En ataque, los de Mazzulla también realizan una tarea colectiva sobresaliente. Se pasan la pelota hasta encontrar al compañero mejor ubicado para que castigue con un tiro a pie firme. Seis jugadores finalizan el partido con doble dígito en puntos y el equipo lanza para un 50% en triples. «Al Horford es bueno», se lee en la remera de un fanático que disfruta de un acierto a distancia del dominicano, perfecto con 4 de 4 desde tercera dimensión. Boston anotó 125 o más puntos en cuatro partidos consecutivos como local, su racha más extensa desde 1985.
Si bien lo grupal es lo que sostiene con solidez a los Celtics, hay dos talentos que sobresalen: Jayston Tatum y Jaylen Brown. Hacen lo que el equipo necesita de ellos y más. Se lucen en ataque y en defensa. Anotan, rebotean, pasan, cierran caminos, se hacen cargo de la pelota cuando Dallas Mavericks intenta una mínima reacción.
Los flashes y las cámaras se van con los 42 puntos de Doncic, pero Tatum (37 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones) y Brown (31 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y 2 robos) son los protagonistas de la noche.
JT y JB anotaron 25 puntos o más cada uno por décimo partido en esta temporada, un registro que solo consiguieron ellos como pareja en toda la liga. Y es la decimosexta vez en sus carreras en la que cada uno convierte al menos 30 puntos en el mismo partido, un récord para la historia de los Celtics y algo que solo dos pares de compañeros hicieron más veces en los últimos 30 años: Russell Westbrook y Kevin Durant (34) y Shaquille O’Neal Kobe Bryant (33).
La información que ofrece el departamento de datos y estadísticas de ESPN es contundente. «Las dos estrellas de Boston se combinan muy bien.
Y no lo mencionan, pero Tatum es candidato a MVP», sentencia Nocioni al micrófono. Y tiene razón.
La victoria está consumada mucho antes de lo que indica el marcador final y la bocina del cierre del partido. Así, los Celtics se mantienen invictos en esta campaña contra cualquier equipo que no se llame Bulls o Cavaliers.
Entre el rico vino y la cena abundante y con los ingredientes indicados, pasamos del postre. No hace falta. Boston Celtics nos dejó llenos de básquetbol.