La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha votado este jueves por primera vez en el proceso de destitución de Donald Trump y si los votos se mantienen tal y como se han producido hoy, este será recusado antes de las elecciones que se celebrarán dentro de un año.
Los demócratas han votado todos, menos dos, a favor de reprobar a Trump.
El resultado de la primera resolución del impeachment votada este jueves en el Capitolio es de 232 a favor del ‹sí› y 196 a favor del «no», con cuatro diputados que no han votado. Los demócratas que se oponen a recusar a Trump son Collin C. Peterson, de Minesota, y Jeff Van Drew, de Nueva Jersey.
«¡La mayor caza de brujas de la historia de América!», ha dicho en la red social Twitter el presidente Trump segundos después de que se conociera el voto final en el Capitolio.
La ley no manda que un voto de este tipo deba producirse en el proceso de «impeachment», pero Trump y los republicanos lo han exigido y los demócratas lo han autorizado. La excusa de la resolución votada es establecer las normas para las vistas orales en la comisión que investiga a Trump. En realidad es una forma de demostrar qué apoyo real tiene el «impeachment».
A tenor de la votación, el «impeachment» triunfará en su primera fase. Cuando se ratifique, con otro voto similar en la Cámara, el caso pasará al Senado, que celebrará un juicio político a Trump presidido por el presidente del Tribunal Supremo. Para destituir al presidente se necesita una mayoría de dos tercios en el Senado.
Solo dos precedentes
«Las normas que hemos sometido a votación son las más justas que se han aprobado en la historia para un proceso de «impeachment»», dijo la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi. Sólo dos veces se ha celebrado un juicio político de este tenor en el Capitolio, con Andrew Johnson en 1868 y con Bill Clinton en 1998. Richard Nixon dimitió antes de que comenzara el juicio.
La Casa Blanca ha emitido un comunicado oficial en el que asegura: «El presidente no ha hecho nada malo, y los demócratas lo saben. La obsesión desquiciada de Nancy Pelosi y los demócratas por este juicio político ilegítimo no perjudica al presidente Trump sino al pueblo estadounidense». Según dice el Gobierno, el «impeachment» es «un intento descaradamente partidista de destruir al presidente».