Las juezas Claribel Nivar, Yissel Soto y Clara Castillo, del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, condenaron a Argenis Contreras a 20 años de prisión por muerte de Yuniol Ramírez. Cumplirá la prisión en la cárcel de Najayo. Y descargaron al exadministrador de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (Omsa), Manuel Rivas.
En favor de Víctor Ravelo Campos y de José Antonio Mercado Blanco, alias El Grande, se determinó el cese de la prisión y puesta en libertad.
El 20 de octubre será la lectura íntegra de la sentencia. El fallo se retrasó por ocho horas, debido a que no habían arribado a una conclusión.
Pasada la media noche, las juzgadoras no habían terminado de leer su sentencia sobre el juicio seguido a Contreras. Lo mismo para los demás imputados por el asesinato del jurista. Y también a Manuel Rivas y los otros acusados por los presuntos actos de corrupción en la que habrían desencadenado en el hecho de sangre.
El fallo estaba pautado para las 2 de la tarde. Y se pospuso para las 9 de la noche. Allí imperaba la tensión y desesperación entre los imputados, fiscales, familiares de los acusados, empleados del tribunal, como los miembros de la prensa. Las juezas subieron al estrado una hora más tarde.
Iniciaron indicando que habían conocido el juicio durante 35 audiencias. Y realizado un análisis detallado de las pruebas que presentaron tanto el Ministerio Público como las defensas. Tomaron su decisión a unanimidad.
Las magistradas, que iniciaron la deliberación el lunes, detallaron los asuntos iniciales del proceso judicial. Desde la medida de coerción hasta la etapa de juicio. Cuando concluyeran de leer lo que habían decidido de cada uno de los ocho imputados, daría a conocer la decisión final.
En sus motivaciones, indicaron que “Argenis Contreras fue la persona que causó la muerte a Yuniol Ramírez y procedió a ocultar el cadáver”. Octubre del 2017.
Ramírez, quien presidía la Convergencia Nacional de Abogados, lo hallaron muerto con un block de concreto atado a su cuello mediante una cadena, en un arroyo en Santo Domingo Oeste.
Se daba por hecho que terminarían de motivar en horas de la madrugada, debido a que faltan las explicaciones de los demás acusados.
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