Un fatal episodio de violencia conmocionó la comunidad de Bushwick el martes por la mañana, cuando un hombre atacó mortalmente a su pareja antes de quitarse la vida en plena calle del Brooklyn, New York.
La víctima, identificada como Celina Ramos, de 41 años, fue atacada por su novio, Gabriel Sánchez, en un violento desenlace que ha dejado a familiares y vecinos consternados. Según informaron las autoridades, el incidente ocurrió alrededor de las 7:30 a.m. en la intersección de Jefferson Avenue y Knickerbocker Avenue, a poca distancia del domicilio de Sánchez.
Testigos y material de videovigilancia muestran a Ramos intentando huir mientras gritaba, pero Sánchez logró alcanzarla y le detonó el arma en la cabeza. Posteriormente, el agresor intentó quitarse la vida atacándose asi mismo en el cuello; al no lograrlo, realizó una segunda detonación en la cabeza, que resultó fatal.
La relación entre Ramos y Sánchez había comenzado a finales del verano pasado. Familiares de la víctima relataron que la noche previa al homicidio la pareja había discutido en el apartamento de Williamsburg, donde Ramos vivía con su abuela. Ambos fueron declarados muertos poco después de su ingreso. La policía encontró el arma utilizada en la escena del crimen.
Este no era el primer incidente violento relacionado con Sánchez. Según fuentes policiales, el hombre había sido arrestado el pasado 22 de enero por acoso y hostigamiento hacia una expareja. Se le acusaba de enviarle correos electrónicos con contenido explícito, imágenes de su residencia y amenazas de muerte.
Su juicio por estos cargos estaba programado para el 6 de marzo en el Tribunal Penal de Brooklyn. A pesar de su historial, allegados de la víctima se mostraron sorprendidos por el desenlace. «Era un chico tranquilo, pero a veces parecía estar ausente. Nadie esperaba que hiciera algo así», expresó un pariente de Ramos.
Otra fuente cercana mencionó que Sánchez había acudido recientemente al hospital para una resonancia magnética, debido a problemas de convulsiones, lo que ha llevado a especulaciones sobre su estado de salud mental.
Por su parte, la familia de Ramos enfrenta un profundo dolor. Su hermano, quien había presentado a la víctima con el agresor, se siente culpable por lo ocurrido. «No deja de repetir que su hermana no merecía esto», comentó un allegado.
Ramos había comenzado recientemente a trabajar en un centro de llamadas del Departamento de Educación de la ciudad, donde era muy querida por sus supervisores y compañeros.
«Todos estamos en shock. No lo podemos creer. Era una persona trabajadora y con un futuro prometedor», expresaron sus colegas.
Vecinos del barrio también han mostrado incredulidad ante el hecho. «Gabriel era amable, solía ayudarme con las compras», dijo una residente mayor. Otra conocida, Krystal Alejandro, lo describió como «un chico normal del barrio».
Las autoridades continúan investigando el caso y han reiterado la importancia de buscar ayuda en situaciones de violencia doméstica.
Organizaciones comunitarias han instado a las víctimas a denunciar cualquier signo de peligro antes de que las situaciones escalen a tragedias irreversibles.
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