Las autoridades de Estados Unidos cerraron el viernes el Silicon Valley Bank para proteger los depósitos de sus clientes y reabrirán la institución el lunes bajo control federal, informaron fuentes oficiales, en medio de temores de contagio de los problemas de esa entidad financiera al resto del sector bancario.
El banco, que trabaja con el sector tecnológico, quedó sorpresivamente escaso de liquidez. El Departamento de Protección Financiera e Innovación de California (DFPI) cerró SVB y nombró a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) como depositario de los fondos del banco, informó la agencia federal el viernes.
La DPFI “tomó posesión del Silicon Valley Bank, citando inadecuada liquidez e insolvencia”, señaló la agencia californiana.
Las 17 agencias del banco reabrirán el lunes bajo el control de una nueva entidad específicamente creada por la FDIC para administrar la operativa de la institución.
A corto plazo, los clientes podrán retirar hasta 250.000 dólares. Los clientes con más dinero en el banco -la gran mayoría- fueron invitados a contactar a la FDIC.
El SVB es la primera institución con depósitos garantizados por la corporación federal en quebrar desde 2020, según la FDIC.
La situación genera temores entre los inversores de que otros bancos puedan tener problemas en medio de una escalada de las tasas de interés por parte de los bancos centrales para contener la inflación.
El Silicon Valley Bank (SVB) era un banco californiano especializado en el sector tecnológico, que tenía negocios principalmente con fondos que invierten en empresas que no cotizan en bolsa.
Poco conocido para el público, era el decimosexto banco estadounidense por el tamaño de sus activos.
La firma, que actuaba en Estados Unidos, Europa, Asia e Israel, ofrecía servicios financieros entre otros a start-up, desde simples cuentas bancarias a asesoría para capitalizarse.
Muy ligado a las empresas tecnológicas, el SVB sufrió por el deterioro del sector: la brusca subida de tasas de interés en Estados Unidos que afecta a un ramo muy dependiente del financiamiento para crecer, sumado a las dificultades de aprovisionamiento de semiconductores y al débil apetito de los inversores por los valores tecnológicos, marcan el final de la euforia tecnológica tras la pandemia.
El pánico se desató luego de que la matriz de este banco, SVB Financial Group, anunciara que intentaría reunir 2.250 millones de dólares en fondos frescos.
El grupo vendió rápidamente un portafolio de 21.000 millones de dólares de títulos financieros, con una pérdida estimada de 1.800 millones.
SVB buscaba fortalecer sus finanzas, fragilizadas por retiros de clientes.
Según CNBC, el banco no logró obtener el capital necesario y negociaba su venta a otra entidad bancaria antes del anuncio de las autoridades regulatorias estadounidenses.
Las dificultades de SVB desbordaron las fronteras del país y sacudieron al sector bancario mundial, tomado por sorpresa.
A fines de 2022, el banco tenía 209.000 millones de dólares de activos y unos 175.400 millones en depósitos, precisaron las autoridades.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, señaló este viernes antes del cierre de la entidad que “cuando los bancos tienen pérdidas financieras es y debería ser un asunto de preocupación”.
Los cuatro mayores bancos estadounidenses perdieron 52.000 millones de dólares en bolsa el jueves, y el movimiento también afectó a bancos asiáticos y europeos, que registraron fuertes pérdidas de capitalización bursátil.
Las dificultades de SVB coincidieron prácticamente con el anuncio, el miércoles por la noche, de la liquidación de Silvergate Bank, una entidad bancaria particularmente activa en el atribulado sector de las criptomonedas.
Desde la crisis financiera de 2008-2009 y la quiebra de Lehman Brothers, los bancos son sometidos a pruebas de resistencia periódicamente y deben dar garantías de su capacidad de respuesta a situaciones de estrés a los reguladores.