No son días fáciles de sobrellevar. Para todos, pero en especial para las miles de personas que tienen condiciones de salud mental preexistentes. El encierro favorece las crisis.
Algunos países ya llevan más de dos meses de encierro forzoso, con distintos grados de restricciones. En ciertos casos se prohíbe salir por completo, y en otros se establece la recomendación, pero se puede ir a pasear o al parque respetando la distancia social de 6 pies entre personas.
Algunos comienzan a flexibilizar esta medida, pero falta mucho, si es que se vuelve en algún momento, a la plena normalidad.
Por primera vez, familias enteras pasan las 24 horas del día juntas, y muchas personas están completamente solas en sus casas. Como una versión real del «reality show» Big Brother, un experimento social para ver lo que surge, bueno y malo, del encierro.
La cuarentena se define generalmente como el aislamiento, o movimiento restringido de personas, que han estado expuestas a una enfermedad contagiosa o que están enfermas.
Pero en este caso, la medida se ha tomado para proteger a las personas sanas de la infección, y para prevenir más contagios, que el virus se disemine en una comunidad.
Por eso el encierro es masivo, los tiempos se extienden, y las tensiones de salud mental se pueden profundizar
¿Qué hacer si tienes un diagnóstico de depresión?
Estudios realizados a partir de epidemias pasadas, como por ejemplo la del Sindrome Agudo Respitorio Severo (SARS) en 2003, analizaron la depresión y sus consecuencias durante una pandemia, y a largo plazo, después de haber terminado la situación de salud pública.
Las situaciones extremas de salud pública son disparadores de crisis de salud mental, en el momento en el que están ocurriendo, pero también después. Un estudio realizado en 2006 en China con 549 participantes, todos empleados de un hospital que había sido primera línea de batalla contra el SARS, comprobó que aquellos en mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos después de un tiempo eran las personas solteras, que habían estado bajo cuarentena y que habían padecido episodios de salud mental anteriores.
Sin embargo, la misma investigación halló que, aquellas personas que habían encontrado un propósito altruista (solidario, como ayudar en un banco de comidas, a vecinos, u otras actividades sociales y comunitarias) durante la pandemia tenían menos probabilidades de desarrollar síntomas depresivos años después.
Las investigaciones demuestran que no hay una única teoría que se adapte a cada individuo. Sobre lo que sí hay consenso es que ante señales de una condición de salud mental como la depresión, lo esencial es tener la condición tratada y controlada.
De eso dependerá mucho cómo se sobrelleve la depresión en estos días.
La buena noticia es que expertos ofrecen consejos para prevenir que la depresión se profundice durante la pandemia, o que surjan crisis disparadas por la cuarentena.
Las siguientes son señales que pueden aparecer o reaparecer durante una cuarentena, y que pueden indicar la depresión:
Percepción de riesgo amplificada (ansiedad y miedo al contagio, pero exacerbados, casi irracionales)
Cambios en los hábitos de alimentación
Dificultad para concentrarse
Agotamiento emocional
Insomnio o hipersomnia (dormir demasiado)
Uso excesivo de drogas, alcohol
Cansancio persistente
Tristeza y desesperación
Experiencias somáticas (trastornos mentales que se expresan en el organismo)
Para hacer frente a la cuarentena cuando se vive con depresión, puedes considerar estos consejos de la doctora Debora Serani, profesora de Adelphi University y autora de libros sobre depresión en distintas etapas de la vida, y las propuestas de la Asociación Americana de Psicología:
RECONOCE QUE HAY UN PROBLEMA. Lo primero que debes hacer para prevenir es reconocer que algo está pasando, la negación no solo afectará tu mente sino que también puede poner en riesgo tu salud (por ejemplo si niegas que hay una pandemia y un virus circulando que puedes contraer, puedes no querer usar una máscara).
TOMA CONTROL. Uno de los disparadores de la depresión puede ser la sensación, real o ficticia, de la pérdida de control. Y una situación de cuarentena, en la que se está luchando contra un coronavirus, un gérmen invisible, puede fácilmente potenciar este sentimiento. Por eso, es esencial tomar el control de la situación, y plantarte firme ante el momento.
PREPARA UN PLAN. Reunir los suministros necesarios y cubrir las necesidades de medicación, alimentos, higiene, ayudará a volver predecibles los momentos más impredecibles. Si no puedes ir a la farmacia o al supermercado, cómpralos por internet.
NO DUDES EN BUSCAR APOYO SOCIAL. Es en estos momentos difíciles, como cuando ocurren desastres naturales, cuando se activa más que nunca la solidaridad. Los programas comunitarios y religiosos en tu vecindario o área también pueden ayudar con los suministros si tiene dificultades financieras. Manténte conectado con tu grupo de apoyo si participas en alguno, y si no, busca uno.
LIMITA EL CONSUMO DE NOTICIAS. Si bien es vital mantenerse informado sobre la pandemia de COVID-19, evita estar todo el día frente al televisor, escuchando o leyendo noticias en computadoras o celulares. Las noticias pueden profundizar los sentimientos de desesperanza y desesperación cuando vives con depresión. Estudios sugieren que es más que suficiente para estar actualizado una lectura de unos 15 minutos cada mañana.
PERO REVISA LOS DATOS. Tener información sólida, y datos concretos, te ayudará a navegar un momento de incertidumbre como es el de una pandemia y una cuarentena. Decide cuáles fuentes quieres consultar, puede ser el sitio web de una universidad prestigiosa como Johns Hopkins, o la página sobre coronavirus de los Centros para el Control y prevención de Enfermedades (CDC).
ROMPE LA RUTINA. Si estás trabajando seguramente debas respetar una rutina. Si no es el caso, o notienes en qué ocupar tus horas, quedarse en casa puede no solo restringir tu campo de acción sino también ser tremendamente aburrido. Y eso puede ser terreno fértil para deprimirse. Por eso, trata de apelar a la variedad. Si vives en un lugar pequeño, cambia algunos objetos de lugar, prende velas. La variedad aliviará la inquietud que viene con la cuarentena.
Escucha música, lee un libro, mira una película. Siéntate afuera para almorzar si el clima lo permite durante unos días. Limpia, reorganiza. Disfruta de un spa casero, como un baño largo o una ducha caliente, medita. Sal a caminar bajo la lluvia si tu área lo permite. Cambiar el enfoque cada día estimulará tu mente, cuerpo y alma, y ayudará a aliviar los cambios de humor que llegan con la depresión.
MANTENTE POSITIVO. Es fácil caer en pensamientos pesimistas durante la cuarentena. La forma en que ves el mundo y el futuro puede convertirse en una experiencia de todo o nada. «Estoy atrapado en casa», «esto nunca mejorará», «la vida nunca será la misma». Recuerda que la pandemia es una situación de salud pública que va a pasar. Quizás no ocurra mañana o la semana que viene, pero va a pasar. Si aparecen pensamientos negativos, piensa en frases que los contrarestren como: «Estoy seguro en casa», «las cosas mejorarán con el tiempo», «la vida será diferente, pero podré enfrentarla».
ORGANIZA TU PLAN DE TRATAMIENTO. Cuando vives con depresión, los días normales pueden ser desafiantes. Por lo tanto, se vuelve aún más vital que durante la cuarentena tomes tus medicamentos si estás bajo tratamiento farmacológico, y sigas con tus sesiones con tu terapeuta. La depresión es una condición de salud mental preexistente que debe manejarse y cuidarse a diario. Por eso, de nuevo, no dudes en pedir ayuda. Junto con tu terapeuta, verás si es necesario ajustar las dosis de tus medicamentos o tener sesiones adicionales para enfrentar la cuarentena con fortaleza mental, y minimizar el riesgo de crisis.
Fuentes: Psychology Today, CDC, APA
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