Hoy, domingo 24 de septiembre se celebra el Día de Nuestra Señora de las Mercedes. Nuestra Virgen de la Mercedes es la madre espiritual de miles de creyentes que profesan la fe católica, donde cada 24 de septiembre la veneración de la Santa Virgen se ha convertido en una tradición de las dominicanas y dominicanos.
Siendo el Santo Cerro, el primer santuario mariano de América en La Vega y uno de los lugares más concurridos en esta fecha.
Luego de la Independencia Nacional, en 1844, la Virgen de las Mercedes fue declarada Patrona de la República Dominicana. La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia.
Luego de la Independencia Nacional, en 1844, la Virgen de las Mercedes fue declarada Patrona de la República Dominicana. La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia.
Juan Infante, uno de los dos mercedarios, era el confesor de Colón, y en tal virtud siempre le acompañaba. Conforme a la leyenda, también iba con él cuando Colón, a principios de marzo del 1495, merodeando en las proximidades del fuerte de La Concepción de la Vega, desde lo alto de un cerro, contempló extasiado la belleza del valle que él había nombrado de la Vega Real.
Sobrecogido por lo exuberante del paisaje, pensó honrar a Dios colocando en la cúspide de la montaña ‒por primera vez en América‒ una gigantesca cruz, símbolo de la fe cristiana. Posteriormente, Juan Infante hizo construir a su lado una rústica capilla donde venerar a la Virgen de Las Mercedes. Desde entonces, ambas devociones ‒la de la Santa Cruz y la de la Virgen de Las Mercedes‒ han estado juntas en lo que hoy se llama Santo Cerro.
Según cuenta otra leyenda que explicaría el arraigo dominicano a la Virgen de las Mercedes, en el Valle de la Vega Real se escenificó una batalla entre los indígenas y los españoles, los cuales iban perdiendo a mano de los indígenas, por lo que ellos invocaron la protección de la Virgen de las Mercedes y María bajo esta advocación se le apareció a los indígenas, atemorizándolos y consiguiendo los españoles la victoria.
Los españoles, que colonizaron la isla La Española empezaron a rendirle mucho tributo a la Virgen de las Mercedes como madre de la liberación, por ser ella quien les liberó de los indígenas, -lo que el Padre Héctor Sánchez, párroco de la parroquia Santa Cruz, califica como ”algo paradójico”, considerando que quienes esclavizaron a los indígenas fueron los españoles y “muchos dicen cómo es que la Virgen de las Mercedes se pone de parte de los conquistadores que vinieron a subyugar a los indígenas”, sin embargo, el sacerdote reitera que no tiene certeza de que hasta qué punto sea historia real o leyenda.
La ciudad de Santo Domingo fue severamente afectada por el terremoto del 8 de septiembre de 1615, y entonces el Cabildo de Santo Domingo declaró a la Virgen de las Mercedes “Patrona de La Española”. En 1740 por Real Cédula, su festividad fue cambiada para el 24 de septiembre. Con la Independencia Nacional, en 1844, la Virgen de las Mercedes fue declarada Patrona de la República Dominicana.
“Esta tradición de la Virgen de las Mercedes viene de España, es muy conocida especialmente en la zona de Cataluña, donde tiene un inmenso santuario, de allá nos llegó a nosotros con su cultura religiosa.
Es normal el arraigo que tiene el país por la fama que ya tenía esa advocación mariana en España”, explica el padre Héctor.
El Santo Cerro es el primer santuario mariano de América, en La Vega, el lugar más concurrido por los católicos, aquí llegan creyentes de diferentes partes del país y el mundo a cumplir promesas y a solicitar favores, especialmente para la salud.
Tradicionalmente los dominicanos devotos acuden en peregrinación hacia el santuario de la Virgen hasta llegar al Santo Cerro, con la esperanza de obtener algún beneficio y de ofrecer votos y promesas a la Virgen. Luego de la procesión, los devotos participan de las eucaristías que se realizan.
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