Estados Unidos alcanzó este lunes la cifra de 2,310,334 casos confirmados de COVID-19 y la de 120,384 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del martes) es de 35.015 contagios más que el domingo y de 435 nuevas muertes.
El aumento de casos en estados como California, Florida, Texas y Arizona ha vuelto a poner a EE.UU. por encima de los 30.000 contagios diarios, una cifra que ya rebasó el pasado viernes y que no se alcanzaba desde principios de mayo.
Nueva York se mantiene como el estado más golpeado por la pandemia en términos generales, con 388.488 casos confirmados y 31.176 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia. Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 22.321 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 12.974 muertos, Massachusetts con 7.873 e Illinois con 6.671 muertos. Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.426, Michigan con 6.097, California con 5.557 o Connecticut, con 4.263.
No obstante, Nueva York y los estados circundantes han logrado bajar de manera sustancial la cantidad de nuevos contagios y muertes a lo largo de las últimas semanas, y en los últimos días han comenzado con sus reaperturas.
De hecho, la ciudad de Nueva York dio luz verde este lunes a la fase dos de este plan, en el que podrán retornar a las oficinas de la Gran Manzana el 50 % de los trabajadores de cada edificio.
Junto a las terrazas, las autoridades están permitiendo también el regreso de las sillas y las mesas de libre acceso que las asociaciones vecinales de la ciudad suelen colocar en plazas y zonas públicas de la ciudad para sentarse a descansar, charlar o llevarse comida y disfrutar de un lugar al aire libre.
Contrasta con esta situación la de los estados que componen el llamado Cinturón del Sol -California, Florida, Texas y Arizona- que suman entre los cuatro cerca de la mitad de nuevos casos en todo el país.
De hecho, Florida superó este lunes la barrera psicológica de los 100.000 casos de COVID-19 con 2.926 casos nuevos en las últimas 24 horas. El alarmante récord llevó hoy a una reunión de una docena de alcaldes del sur de Florida que decidieron ordenar el uso obligatorio de máscaras en lugares públicos en sus ciudades, entre ellas Miami, Miami Beach, Hialeah y Doral.
Los 2.926 casos de hoy siguen a una semana en la que la cuenta de la enfermedad se incrementó en más de 24.500 casos, cuando Florida iba camino de la tercera fase de la reapertura. A día de hoy el estado lleva acumulados 100.217 casos de COVID-19, de ellos 3.173 mortales, de acuerdo con el Departamento de Salud.
En Texas, el gobernador, Greg Abbott, dijo este lunes que el virus se estaba “extendiendo a un ritmo inaceptable” y que se estaba registrando un aumento notable en las hospitalizaciones debido al COVID-19, después de que este domingo hubiese 3.409 ingresos, más del doble de las cifras de finales de mayo.
Houston, en Texas, reportó un alza de 177 por ciento en sus hospitalizaciones en lo que va de junio. Además, en un mensaje difundido en las redes sociales, el Departamento de Salud de Houston dio cuenta además de un aumento de 64 % en los ingresos a unidades de cuidados intensivos en hospitales del condado, y enfatizó por ello la importancia de usar una máscara, guardar la distancia social y lavarse las manos a menudo.
Y en Arizona, donde Trump viajará este martes, el Departamento de Salud estatal reportó este lunes otros 2.196 nuevos casos de COVID-19, manteniendo la tendencia registrada la semana pasada, cuando se apuntaron más de 2.000 nuevos casos diariamente.
En las proyecciones publicadas la semana pasada por el PolicyLab del Hospital Infantil de Filadelfia, los expertos advertían de que los estados con un mayor peligro de una amplia transmisión de la enfermedad seguían siendo Texas, Arizona, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Florida.
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