Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 18 millones de personas mueren cada año a causa de las enfermedades cardiovasculares. En Estados Unidos, cada 36 segundos fallece una persona por esta enfermedad, así lo detallan desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Ahora un estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association demostró que comer al menos dos porciones de palta o aguacate a la semana reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco en un 21 %, en comparación con evitar comerlo o hacerlo con poca frecuencia.
Sin embargo, no hallaron un beneficio equivalente en la reducción del riesgo de ACV. “La proporción equivale a media taza o media palta”, detalló Lorena Pacheco, autora del estudio e investigadora posdoctoral del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Boston.
El estudio se llevó a cabo con más de 68.000 mujeres y 41.000 hombres inscritos en dos estudios gubernamentales a largo plazo sobre los factores de riesgo de las enfermedades crónicas: el Nurses’ Health Study y el Health Professionals Follow-up Study. Todos los participantes estaban libres de cáncer, enfermedades coronarias y apoplejías al inicio de los estudios y completaron cuestionarios dietéticos cada cuatro años durante un periodo de 30 años.
Para prevenir las enfermedades del corazón, la Biblioteca Nacional de Medicina norteamericana, recomienda seguir una dieta saludable con menos azúcar, alimentos procesados y grasas saturadas, y mantener baja la presión arterial y el colesterol.
Por otro lado, la Asociación Estadounidense del Corazón, afirma que “el cuerpo necesita la grasa para aumentar la energía, proteger los órganos, producir hormonas y ayudar a la absorción de nutrientes.” Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas son las opciones más saludables para el corazón.
Se las encuentra en el aceite de oliva, el aceite de canola, el aceite de maní, el aceite de cártamo y el aceite de sésamo, junto con la palta, la mantequilla de maní y varios frutos secos y semillas.
Según la AHA, las grasas saturadas y las grasas trans aumentan los niveles del colesterol malo. Las grasas saturadas, como la manteca, suelen ser sólidas a temperatura ambiente y se encuentran en los productos lácteos enteros, los huevos, los aceites de coco y de palma, y los cortes grasos de carne de vaca, cerdo y aves con piel.
Las grasas trans fabricadas artificialmente, también aumentan el colesterol malo y reducen el colesterol bueno, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes de tipo 2.
Es frecuente encontrarlo en alimentos fritos y en otros productos como masa de tarta, galletitas, pizzas congeladas, margarina y los productos para untar.
“El consumo de grasas saludables es fundamental para mantener nuestra salud cardiovascular -destacó a Infobae la licenciada en nutrición Julieta Pomerantz- principalmente, el aporte de grasas poliinsaturadas como omega 3 y monoinsaturadas como omega 9, colaboran con mejorar nuestro perfil de colesterol y triglicéridos”.
Además, la especialista, indicó que “la palta es un excelente alimento, con alto contenido de grasas monoinsaturadas, al igual que el aceite de oliva, contiene mucho potasio y fibra, lo que ayuda también a regular nuestra glucemia.
Aporta saciedad, lo que nos ayuda a regular el resto de las ingestas del día. La palta debería formar parte de todo plan de alimentación saludable”.
Con respecto al estudio mencionado, además, los investigadores descubrieron que que consumir media palta al día en reemplazo de la misma cantidad de yogur, huevos, queso, manteca o carnes procesadas, reducía entre un 16 % y un 22%, el riesgo de sufrir un ataque cardiaco
“Los beneficios del consumo cotidiano de palta derivan de la introducción de este alimento en la dieta y la exclusión de aquellos alimentos menos saludables”, expresó Dr. David Katz, especialista en Medicina Preventiva y de Estilo de Vida y en Nutrición, quien no participó del estudio.
Por otro lado, el estudio no detectó una diferencia en la reducción del riesgo cardiovascular cuando se sustituyó media porción de palta por una equivalente de frutos secos, aceite de oliva u otros aceites vegetales. Según Katz, “esto tiene sentido porque los beneficios para la salud dependen del alimento que se sustituya”.
Deja un comentario