Una mujer estudiante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo relató el difícil momento por el que pasó, momentos en que iba a cargar con múltiples viajes su tarjeta del Metro. Según informó la universitaria, cuando llegó a la caja de la estación Amín Abel, la cajera que le atendió le dio la chocante noticia de que los 500 pesos con los que iba a pagar eran falsos.
“¿Cómo que falsos?, a mí me devolvieron con eso en un supermercado ayer”, contestó. “Son falsos”, repitió la empleada al verificar que el sello que deben tener los billetes de 500 pesos, estos no lo tenían.
Explica que la sensación de haber sido estafada le cayó muy mal, además de sentirse muy preocupada, pues era el único efectivo que portaba. Y justamente, de ese mismo dinero iba a utilizar una parte para comprar un manual de la universidad.
En medio de la confusión y desesperación, se le acercó un agente del Cuerpo de Seguridad del Metro y la aparta de la fila para pedirle sus documentos. Ahí se da cuenta que pueden pensar que ella estaba tratando de cometer un delito.
Fue así como pasó de “víctima a victimaria”. Y sin tener con qué pagar el manual ni cómo volver a casa.
“Joven, deme su cédula por favor”, le dice el agente del Cuerpo de Seguridad del Metro. “¿Para qué?”, respondió la mujer de los 500 pesos falsos.
Posterior a esto, el agente le dijo a la joven: “Hay que depurarla, indicando que casos como el de ella, sucedían por lo menos seis veces al día”.
Luego le entregó la cédula al hombre para que depurara su perfil en una supuesta base de datos. Mientras el proceso ocurrió, el agente la sugestionaba.
“Usted va a quedar detenida”, le dijo mientras esperaba, relató la fémina.
En esa situación la mujer decidió llamar a un compañero de trabajo influyente para que tratara de mediar.
“Sí señor, no hay problema”, le dijo el agente al hombre a través del teléfono. En esos instantes llegaron los resultados de la “depuración”: “A usted se le ve que no es delincuente”, le dijo el agente.
Tras todo este cuestionamiento, finalmente la joven mujer quedó libre. Aunque indignada por la situación.