Rosemeire dos Santos Xavier, madre de Rosana, recordó cómo intentó calmar a su hija sugiriéndole que leyera un salmo de la Biblia, un gesto de consuelo en medio de la angustia.
Sin embargo, poco después, la tragedia golpeó. Rosemeire relató que sintió un mal presentimiento y se enteró del accidente por la televisión, lo que le provocó una gran desesperación. “Me desesperé. Empecé a correr por toda la casa gritando”, comentó en una entrevista.
Rosana, residente de Franco da Rocha en la región metropolitana de São Paulo, había viajado a Paraná por motivos laborales. Era una joven comprometida con su familia, ayudando en las finanzas del hogar y ahorrando para comprar su propio coche. “Sólo pensaba en nosotros, su dinero era para ayudar en casa”, recordó su madre, destacando el carácter solidario y trabajador de su hija.
El vuelo, operado por un bimotor ATR-72-500 de fabricación francesa, cubría la ruta entre Cascavel y São Paulo. Según fuentes oficiales, el avión presentaba signos de deterioro, pero se encontraba en condiciones regulares de vuelo, sin haber reportado ninguna emergencia antes del siniestro. A pesar de caer en una zona residencial, el accidente no causó daños en las edificaciones cercanas ni dejó víctimas en tierra.
Las investigaciones sobre las causas del accidente están en curso. Marcelo Moreno, director del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos (Cenipa) de la Fuerza Aérea Brasileña, informó que las cajas negras del avión, recuperadas la misma noche del accidente, están siendo analizadas en un laboratorio en Brasilia. Moreno subrayó que aún no se pueden confirmar las hipótesis sobre las causas del siniestro, aunque se ha mencionado la posible acumulación de hielo en las alas como una de las teorías.
El presidente de Voepass, Eduardo Busch, pidió cautela, indicando que hasta el momento no hay información concluyente y que cualquier afirmación sería mera especulación. Por su parte, Thiago Pereira, director de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), confirmó que tanto la aeronave como la tripulación estaban debidamente certificadas y en condiciones para operar.
El Cuerpo de Bomberos de São Paulo concluyó el rescate de los cuerpos de las 62 víctimas, de los cuales 50 ya han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de São Paulo para su identificación. Entre los fallecidos, ya se han identificado a los dos primeros, el piloto y el copiloto, a través de exámenes de dactiloscopia.
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