El rey emérito Juan Carlos I tiene una hija secreta, según un diario español

De acuerdo con una nueva investigación, Alejandra nació a finales de los setenta, principios de los ochenta y nunca ha reclamado ningún tipo de derecho sucesorio.

Juan Carlos I regresó a su país el 19 de abril para asistir a una regata, por segunda vez desde que se trasladó a Abu Dhabi en 2020 en medio de investigaciones por fraude.

Juan Carlos I tiene una hija secreta llamada Alejandra de una relación con una aristócrata, según publica este jueves (27.04.2023) El Confidencial, que asegura que esta cuarta paternidad del rey emérito era conocida desde hace tiempo por su familia, así como por el entorno del Palacio de la Zarzuela.

Alejandra nació a finales de los setenta, principios de los ochenta y nunca ha reclamado ningún tipo de derecho sucesorio, aunque su existencia es un «secreto a voces» entre las «élites».

Así lo aseguran los periodistas José María Olmo y David Fernández tras una investigación recogida en el libro «King Corp., el imperio nunca contado de Juan Carlos I «, de la que El Confidencial publica hoy un adelanto.

De acuerdo con la investigación, confirmada a los periodistas por una examante del rey emérito, un empresario amigo suyo y un antiguo novio de su cuarta hija, Alejandra creció ignorando quién era realmente su padre y, una vez que lo supo, optó por seguir su vida anterior como parte de una familia de aristócratas «bien conectada con el poder».

Fuentes de la Casa del Rey han señalado «no tener ningún conocimiento» de este asunto.

En el Congreso, a preguntas de los periodistas, diputados de distintos partidos se han limitado a comentar que es una cuestión que afecta a la vida privada del rey emérito, si bien formaciones como Unidas Podemos o la CUP han vuelto a pedirle explicaciones por cómo manejó su patrimonio en el extranjero.


Siguenos en Youtube:


Dejanos tus comentarios sobre esta noticia!

Previous articleGrupo le entra a golpes a hombre en un billar en Moca
Next articleHermana de Orlando Jorge Mera ‘Fue terapéutico enfrentar al asesino de frente’