Santo Domingo.- El tráfico ilícito de migrantes es un fenómeno que se enmarca dentro de la criminalidad transnacional y ha evolucionado a lo largo de las décadas. Este problema impacta principalmente a jóvenes de muchas comunidades vulnerables que optan por realizar viajes ilegales debido a la falta de empleos, bajos salarios y el acceso limitado a servicios básicos. República Dominicana no escapa a esta dura realidad que deja huellas irreparables en cientos de familias.
Las historias de viajes ilegales son cada vez más recurrentes, ya sea por aire, tierra o mar. Estos relatos estremecen los rincones de diversas provincias y sectores del país, narrando crónicas de valentía, desesperación y esperanza que marcan vidas para siempre.
Claudia Patricia, madre de Joander Castillo Calderón. Tal es el caso de Joander Castillo Calderón, de 25 años, quien, en una noche sombría, tomó una decisión que cambiaría su destino. Mientras la penumbra cubría la costa y el susurro del mar se veía interrumpido por el estruendo de motores clandestinos, Joander dio un paso hacia lo desconocido, impulsado por el anhelo de un futuro mejor.
Una decisión arriesgada que, como muchas otras, refleja la cruda realidad de quienes enfrentan el peligro en busca de oportunidades.
Antes de partir, el joven le escribió a su madre, dejándole un mensaje que ahora resuena como un eco de amor y despedida: “Mami, te amo, me fui por la vuelta, cuídame al niño”. Desde hace un año, para Claudia Patricia, su madre, esas palabras se transformaron en un ancla emocional, con mezcla de dolor y anhelo por su ausencia.
Foto: Richard Pérez – De Último Minuto.
El mar, que para otros es un símbolo de belleza y libertad, se convierte para los migrantes en un espacio liminal, donde la vida y la muerte coexisten. Las embarcaciones, frecuentemente sobrecargadas y en condiciones deplorables, son el vehículo de una apuesta de todo o nada.
Recuerda con precisión aquel momento en que leyó el texto que le había enviado su hijo. “Fue como si mi corazón supiera que algo cambiaría para siempre”, confesó Claudia entre sollozos a este medio.
Una encuesta realizada por el periódico “De Último Minuto” reveló que las principales razones que motivan a la juventud a tomar la decisión de migrar es la búsqueda de una mejor calidad de vida y las limitadas perspectivas laborales.
Encuesta del periódico De Último Minuto a través de las redes sociales.
Carencia de oportunidades
Según un estudio de la Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE), hay una mayor proporción de jóvenes interesados en emigrar. El 66.1 % de personas, de 18 a 21 años, ha considerado vivir fuera del país, seguidos por el 61 % (de 22 a 25 años) y el 59.4 % (de 26 a 30 años).
La mayoría de los jóvenes encuestados son económicamente independientes. El 50.3 % cubre todas sus necesidades económicas, mientras que el 23.3 % cubre la mayoría de sus consumos. Sin embargo, el 26.3 % de los participantes informó que otra persona cubre la totalidad o la mayoría de sus gastos.
En cuanto a la responsabilidad de su vivienda, el 47.7 % de los jóvenes son los jefes de su hogar, seguido por sus padres con un 26.5 % y sus parejas con un 12.6 %.
Sociólogo Pastor de la Rosa, secretario general de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (FAPROUASD).
Para el sociólogo Pastor de la Rosa, la falta de empleos dignos obliga incluso a los más preparados a abandonar su tierra. En ese sentido, afirma que la migración no es consecuencia de la falta de educación, sino de la ausencia de condiciones básicas para una vida digna.
De la Rosa recalcó que la carencia de oportunidades y el deterioro de la calidad de vida son factores determinantes en la decisión de muchos jóvenes a la hora de emprender travesías riesgosas e, incluso, ilegales en busca de un futuro más satisfactorio.
En su análisis, el sociólogo abogó por la implementación de estrategias públicas integrales que ataquen de raíz las causas estructurales de este fenómeno.
Entre las medidas necesarias, destacó la erradicación de la pobreza, la reducción de las brechas de desigualdad y la garantía de derechos fundamentales como el acceso a la salud, la educación de calidad y sistemas de jubilación dignos.
Embarcaciones sumergidas en el olvido, un viaje sin retorno a casa. Imagen fuente externa OIM
Las cicatrices de la migración no solo afectan a quienes emprenden el viaje, sino también a las familias que quedan atrás. Claudia describe cómo su hogar, antes lleno de risas y planes, ahora está marcado por el silencio y la inexistencia. “Dejó un hijo en la orfandad, que ahora pregunta por él todos los días. ¿Cómo le explico que su papá se fue buscando un mejor futuro para él y no sabemos si regresará?”, se pregunta con la voz quebrada.
Entre 2021 y 2022, la comunidad dominicana en el extranjero pasó de 2,531,618 a 2,835,593, para un aumento de 303,975 (12 %), según los datos del Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (Index).
La clandestinidad inherente a este delito dificulta la obtención de datos precisos que permitan dimensionar su alcance real. La línea divisoria entre la migración irregular y el tráfico facilitado por contrabandistas es difusa, lo que obstaculiza la implementación de estrategias eficaces para su combate.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) documentó al menos 321 muertes y desapariciones de migrantes en el Caribe en 2022, siendo esta la mayor cifra desde que el proyecto comenzó en 2014. Esto refleja además un drástico aumento en comparación con la cifra de 2021 que fue de 180.
Datos: Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
La principal causa de muerte en la región es el ahogamiento originado sobre todo en las malas condiciones climáticas y el uso de embarcaciones precarias. Datos: Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
La odisea de un cerrajero detrás del “sueño americano”
En la penumbra de la madrugada, Darguin Martínez Cedeño, de 29 años, un humilde cerrajero, emprendió un viaje que simbolizaba tanto ilusión como desesperación. Movido por el anhelo de alcanzar el sueño americano, dejó atrás su hogar y su familia en busca de un futuro más prometedor.
Yulissa Martínez, madre de Darguin Martínez Cedeño.
Sin embargo, ese deseo, que para muchos representa una oportunidad de redención, se convirtió en un trayecto marcado por la incertidumbre y el malestar. Según su madre, Yulissa Martínez, el joven ya había intentado abandonar el país en dos ocasiones anteriores, esfuerzos que terminaron en fracaso.
A pesar de los obstáculos y las advertencias, la promesa de una vida distinta lo empujó a intentarlo una vez más. Este último intento, ha dejado un hueco doloroso e irreversible en sus familiares.
La voz de Yulissa, quebrada por el sufrimiento, refleja la profundidad de una pérdida que no se puede nombrar. “No he vuelto a dormir, no he vuelto a ser persona”, confesó entre lágrimas.
En sus palabras, no solo se percibe la angustia de una madre que espera una respuesta entre tantas interrogantes, sino también el eco de una tragedia colectiva, la de miles de familias que ven a sus seres queridos perderse en el limbo de la migración irregular.
Este caso, como tantos otros, pone en evidencia las contradicciones inherentes al sueño americano. Lo que se presenta como una promesa de prosperidad y libertad, a menudo se convierte en un camino plagado de peligros, incertidumbres y, en ocasiones, tragedias irreparables.
Otro viaje sin retorno
El 23 de julio de 2023, John Estarlyn Columna, un joven de 29 años, que, en busca de una vida mejor, desapareció tras abordar una lancha que se convirtió en una incógnita que aún no tiene solución.
Dilenia de la Cruz, madre de John Estarlyn Columna.
Columna, quien se desempeñaba como cobrador de préstamos, dejó atrás todo lo que había construido durante años, incluyendo su hija pequeña, con la esperanza de encontrar un mejor porvenir con mayor prosperidad.
Sin embargo, lo que parecía ser un paso hacia un nuevo comienzo terminó siendo un camino sin retorno a casa. La embarcación en la que viajaba no dejó ni rastro ni huellas,m; desde ese momento, la familia ha vivido en la incertidumbre, sin saber qué ocurrió realmente.
A pesar de los esfuerzos de su madre, Dilenia de la Cruz, por obtener respuestas, las autoridades no han ofrecido ninguna pista que permita esclarecer el paradero de su hijo.
Pese a eso, el mar Caribe y el Océano Atlántico, en lugar de ser una vía de escape, se ha convertido en una fosa marítima, para cientos de personas que, como Columna, fueron detrás de un mañana incierto.
Psicóloga Heidy Camilo.
Duelo permanente
La psicóloga Heidy Camilo abordó el tema enfocado en el dolor de las familias, quienes enfrentan un “duelo eterno” marcado por la incertidumbre. Destacó la importancia del apoyo psicológico para ayudarles a lidiar con el sufrimiento y la falta de repuestas.
La experta afirma que uno de los mayores desafíos es que muchas veces los familiares no pueden enterrar a sus seres queridos, lo que genera una herida emocional que perdura en el tiempo. Camilo explicó que este duelo no resuelto se sostiene de la constante esperanza de que sus seres queridos vuelvan, pero esta expectativa nunca se materializa.
“Es un duelo permanente. La persona se despierta cada día con un mínimo de esperanza y se acuesta cada noche con la tristeza de que ese día tampoco llegó”, dijo la psicóloga.
Según la especialista, estos migrantes no emprenden sus viajes con la intención de perder la vida, sino con la esperanza de llegar a su destino para mejorar su situación. Sin embargo, advirtió que las rutas que siguen están llenas de riesgos, sin ninguna garantía de seguridad, y a menudo enfrentan condiciones extremas que ponen en peligro sus existencias.
El peligro de las redes
Jóvenes desaparecidos desde 23 de julio, tras emprender un viaje en yola coordinado por redes sociales.
La revolución tecnológica ha transformado la forma de comunicarnos y acceder a la información, pero también ha abierto puertas para actividades ilícitas, como el tráfico de migrantes.
Las redes criminales han encontrado en las plataformas sociales un aliado estratégico para llevar a cabo sus operaciones, encontrando tierra fértil en miles de jóvenes que buscan una vida mejor.
Los traficantes utilizan estas plataformas digitales para captar, organizar y explotar a sus víctimas, aprovechando las posibilidades de anonimato y alcance global que ofrece el mundo virtual.
El engaño digital de los viajes ilegales
Organizadores de viajes ilícito implementan publicidad engañosa para a traer a sus victimas.
Los traficantes emplean publicidad engañosa y testimonios falsos en redes sociales para atraer a migrantes con promesas de trabajo, seguridad y prosperidad en el extranjero. Estas publicaciones suelen ser difíciles de rastrear, lo que complica la labor de las autoridades para desmantelar estas redes.
A través de aplicaciones de mensajería cifrada, los traficantes organizan detalles clave como puntos de encuentro, rutas y pagos. Este tipo de comunicación instantánea y privada facilita el control de las operaciones y reduce el riesgo de ser descubiertos.
Las plataformas digitales también son utilizadas para propagar datos erróneos sobre políticas migratorias o supuestas oportunidades laborales. Esta estrategia engañosa lleva a los migrantes a tomar decisiones arriesgadas que terminan en explotación y abuso.
A pesar de las medidas implementadas durante décadas, el problema persiste con cifras elevadas de desaparecidos, apresados y deportados, evidenciando que el control sobre nuestras aguas, aunque significativo, aún enfrenta serias limitaciones.
De acuerdo con los datos suministrados por la Dirección de Inteligencia Naval (M-2) de la Armada, entre 2020 y 2024 fueron detenidas en los diferentes litorales costeros y marítimos la cantidad de 10,816 personas por intentar viajar ilegalmente hacia Puerto Rico.
Datos: Dirección de Inteligencia Naval (M-2) de la Armada.
Además, 7,738 individuos fueron detenidos y deportados a su país de origen durante estas intervenciones, las cuales forman parte de una lucha constante contra el tráfico ilegal de personas en la región.
A pesar de eso, las autoridades no han podido proporcionar un informe detallado sobre el número exacto de personas que han quedado atrapadas en la marea durante estos intentos fallidos de cruce.
La Armada Dominicana, responsable de la vigilancia marítima, asegura esfuerzos continuos, pero los resultados parecen insuficientes frente a la realidad de un fenómeno que cobra vidas y deja familias en la incertidumbre.
Mientras tanto, el eco de esas narraciones trágicas sigue repitiéndose, donde cada salida clandestina se convierte en una apuesta por un futuro incierto, donde muchos jóvenes no logran regresar.
Jaime Senior, de ANJE.
Crear mayores oportunidades
Para el abogado y expresidente de Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), Jaime Senior, se necesita crear nuevas oportunidades. «Si no abordamos estas problemáticas estructurales, seguiremos enfrentando esta demanda de migración. Tenemos que crear un país de oportunidades; ese es el mensaje subyacente de todo el estudio: los jóvenes quieren más oportunidades y quieren un país que las ofrezca», indicó Senior.
Añadiendo que para enfrentar este desafío se requiere una sinergia entre los estados, organismos internacionales y la sociedad civil, con el propósito de erradicar las redes de tráfico, garantizar vías legales de migración y fomentar políticas públicas que mitiguen las causas estructurales que empujan a la nueva generación a emigrar de manera irregular en un viaje incierto.
Esta problemática no solo demanda un enfoque represivo, sino también un compromiso ético con la construcción de un mundo donde la movilidad humana no sea un privilegio, sino un derecho ejercido en condiciones de seguridad y dignidad.
En ese sentido, el sociólogo sostiene que “resolver este problema no es una tarea simple ni inmediata, pero es imprescindible que los gobiernos prioricen la creación de un entorno que permita a las personas prosperar en sus propios países”.
Pablo Ulloa, Defensor del Pueblo.
En consonancia con esta perspectiva, el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, enfatizó que la responsabilidad del Estado en garantizar condiciones dignas para las personas deportadas, con el propósito de evitar que recurran nuevamente a la migración irregular.
“Tenemos que crear las oportunidades para que esas personas que hoy son deportadas se queden en República Dominicana”, sostuvo Ulloa, al tiempo que instó a las autoridades a establecer mecanismos de reinserción laboral y social que faciliten la integración para que puedan tener una vida digna.
Desafíos legales para los inmigrantes
Yudith Feliz, abogada experta en asuntos migratorios.
La abogada experta en asuntos migratorios, Yudith Féliz, sostuvo que los dominicanos se lanzan a este arriesgado trayecto persiguiendo el famoso “sueño americano”, sin medir las consecuencias que esto les podría acarrear en el futuro.
“El principal motivo para este desorden de inmigrantes dominicanos que han tomado la pésima decisión de irse de manera ilegal a Estados Unidos es el motivo económico, buscando una mejoría de vida, detrás del sueño americano”, dijo.
Agregó que, por desconocimiento o por una ignorancia generalizada con respecto a los temas migratorios, los dominicanos “no se imaginan lo que les espera en ese camino terrorífico”.
La jurista explicó que los inmigrantes tampoco vislumbran lo difícil que les resultará más adelante regularizarse en los Estados Unidos cuando se ingresa de manera ilegal y la cantidad de dinero que deberán gastar para poder normalizar su estatus.
“La gente no sabe que aun casándose con un ciudadano norteamericano tiene que demostrar que la relación es real, tiene que pedir un perdón y luego de eso tiene que regresar a su país de origen para solicitar la visa y si hay un fallo en cualquiera de los procedimientos se quedan aquí (República Dominicana) como castigo por diez años”, indicó Féliz.
Un llamado a los jóvenes
“No arriesguen sus vidas”, expresa un sobreviviente del naufragio que cobró la vida de 30 personas en un viaje ilegal hacia el extranjero. Luis Ángel, de 31 años, recuerda el momento crítico en que las olas, cada vez más fuertes, arrastraban la yola. “Las olas eran fuertes y cuando subían altas, todos íbamos cogiendo y sacando agua, hasta que la última ola nos dio de frente y la yola se rompió y se hundió”.
En medio de la desesperación, Ángel luchó por su vida, mientras observaba cómo el mar se llevaba a sus compañeros. “Le pedía mucho a Dios, diciendo ‘ayúdame, Dios mío’. Todos luchamos para salir”, expresó.
A su vez, resalta, que es un tipo de viaje demasiado arriesgado. “Yo estoy vivo de milagro, pero otros no tuvieron la misma suerte”. Asegura que nada fue como se lo vendieron, ya que las comunicaciones se realizaron a través de un grupo, y solo el día de la partida fue cuando se dio cuenta de la realidad. Sin embargo, a pesar de las advertencias, decidió arriesgarlo todo.