RD.- Chóferes de la Autopista Duarte no tuvieron prisa este sábado por la tarde. Al contrario, detuvieron sus vehículos se bajaron y sacaron sus teléfonos celulares para grabar el tránsito del cortejo fúnebre que llevaba al cementerio Cristo Redentor, los restos del merenguero Johnny Ventura.
Conmovía al que pudo ver la escena, damas de distintas edades llorando, y otras personas simplemente observando en silencio con respeto, ofreciendo el último homenaje a un músico que les dio tanta alegría a este pueblo.
Subidos en los puentes peatonales, de pie en las aceras, algunos grupos aplaudían cuando pasaba por su lado el carro fúnebre.
Con banderas y al son de varios de los más conocidos merengues del Caballo, el camino a su lugar de descanso Ventura no lo hizo solo. Muchos fueron a los que no les importó el ardiente calor de este día de verano, ni la distancia que tuvieron que hacer, ya que era su forma de despedir a uno de los más grandes artistas dominicanos.
El trago y el baile, elementos indispensables de la alegría de la música que hizo Johnny, tampoco faltó en este funeral, y la gente apagó parte de su tristeza, precisamente con el arte del cantante.
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