El Papa Francisco ha dicho que el vino “es un regalo de Dios” y “una verdadera fuente de alegría” para sus consumidores, palabras que han sido inmediatamente adoptadas por los productores de vino italianos que han luchado contra las advertencias sanitarias europeas.
Francisco hizo los comentarios durante una audiencia privada en el Vaticano con enólogos de toda Italia. Al dar la bienvenida a su audiencia, bromeó: “Parece un Papa borracho”, antes de continuar diciendo: “El vino, la tierra, las habilidades agrícolas y el espíritu empresarial son regalos de Dios; el creador nos los ha confiado porque, con nuestra sensibilidad y honestidad, los convertimos en una verdadera fuente de alegría”.
Sin embargo, el pontífice también llamó a los bodegueros a reflexionar sobre las “responsabilidades morales y éticas” que conlleva su trabajo, como tratar con respeto a sus trabajadores y al medio ambiente y fomentar hábitos de bebidas saludables.
El evento fue organizado por Domenico Pompili, obispo de Verona, antes de la feria del vino Vinitaly que se celebra en la ciudad del norte de Italia cada mes de abril. La clave para beber vino es la moderación, afirmó Pompili. “Lo decía San Pablo: un vaso es bueno para alegrarse, pero con moderación”.
Italia ha rechazado las propuestas para hacer obligatorias las advertencias sanitarias en las bebidas alcohólicas, después de que la Comisión Europea aprobara a Irlanda para adoptar la medida. La medida en Irlanda, que fue recibida con protestas por Italia, España y otros seis estados de la UE, dará lugar a que se coloquen etiquetas de advertencia sanitaria en las botellas de vino, cerveza y licores a partir de 2026.
Aunque el consumo diario de vino en Italia ha disminuido constantemente durante los últimos 15 años, ha habido un aumento en un consumo más moderado, según cifras de Istat, la agencia nacional de estadísticas.
Las asociaciones vinícolas italianas a menudo se refieren a esto para argumentar que los italianos tienen una relación más sana con el vino en comparación con sus homólogos más borrachos del norte.
Federico Bricolo, presidente de Veronafiere, que organiza Vinitaly, dijo que el homenaje del Papa al vino era un recordatorio de que la bebida es un «símbolo de tradición y de un sistema económico social y ambientalmente sostenible».
“Y todo en nombre de una convivencia que une”, añadió.
Francisco ha respaldado el vino en el pasado. Durante una audiencia papal en 2016, dijo que el vino era una parte integral de la celebración de una boda. “Una fiesta de bodas donde ningún vino avergüenza a los recién casados, imagina que terminas la fiesta de bodas tomando té”, dijo.
El vino también es un elemento crucial de la misa católica. En 2014, una investigación encontró que la Ciudad del Vaticano
