La unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Metropolitano de Santiago, está repleta y se ha convertido en una zona de guerra médica contra el Covid-19.
La sala está repleta de pacientes contagiados, y algunos permanecen allí desde hace un mes.
Un paciente llamado Franklin Fernández, quien es diabético y se encuentra en la UCI del Hospital, no sabe cómo fue que se contagió de la enfermedad.
Él lleva más de 30 días de internamiento, tuvo mejorías y fue sacado de intensivo pero volvió a caer en un cuadro grave. Franklin ha logrado despertar, pero lo que ve a su alrededor aumenta su desasosiego.
Muchas son las personas que están inconsciente y conectadas a aparatos, médicos corriendo cuando un paciente cae en paro respiratorio y el sonido de las frías máquinas.
Los pacientes que están en UCI tiene que ver a los demás perder la vida sin saber si ellos serán los próximos. En un salón 21 médicos pasan revista a cada caso, así comienza el día.
Cuando este centro se dio cuenta que tenía que asumir un rol mayor, se preocuparon por proteger al personal médico, ya que a través de ellos es que se puede garantizar la vida del paciente.