Recientemente recibimos la confirmación de que la esposa y la hija del reconocido empresario Toledo perecieron en la tragedia ocurrida el lunes 14 de julio en San Cristóbal.
Su nombre era Milka Benzant, esposa del comerciante, y a Brendy Toledo, hija del comerciante, hasta el momento reportan 11 muertos, 11 desaparecidos y 52 heridos por explosión.
En otra situación, los familiares de los empleados de los negocios dañados en la explosión que sacudió este lunes varios establecimientos del municipio de San Cristóbal se llenan de zozobra porque aún no saben nada de ellos y las autoridades no han podido apagar el incendio para examinar el lugar del siniestro.
“Yo sé que está viva”, “pídanle fortaleza a Dios”, dice Loida Nova, tía de Mariela Rosario, de 22 años, quien al momento de la explosión trabajaba en la fábrica de plásticos de Toledo, una de las que resultó afectada en la explosión.
Para aliviar el dolor de no saber nada de sus seres queridos, los familiares de los fallecidos, heridos y afectados se reúnen en los alrededores del Hospital Juan Pablo Pina para abrazarse y apoyarse.
Se quejan de que nadie puede entrar en el centro médico para comprobar si están allí o en otro centro médico. Nadie te da información, “que nos dejen entrar para saber si está viva”, se queja Carolina Nova con voz iracunda.
Para determinar si hay personas atrapadas, Bomberos de San Cristóbal, Santo Domingo y municipios aledaños intentan contener el fuego.
Para evitar saqueos y vandalismo, cientos de personas están estacionadas en las calles mientras patrullas son coordinadas por la policía.
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