San José de Ocoa.- Dos personas sin vida fue el saldo que dejó, un hecho que conmocionó a toda la colectividad ocoeña, la noche del lunes 6 de febrero.
Al conocerse la nefasta información de que el empresario Eduard Aguasvivas, le había quitado la vida a una joven, con quién sus familiares y allegados afirman sostenía una relación sentimental desde hace un tiempo considerable, las redes sociales se convirtieron en un mar de lamentos, las calles de la ciudad en callejones tristes y la noche en una amarga y larga.
Cientos de curiosos, acudieron de manera masiva al hospital San José, donde ya se encontraba el cuerpo sin vida de Lixelis Báez.
Por otro lado, miembros del Ministerio Público y del Departamento de Investigaciones Criminales (DICRIM), en compañía de una médico legista, levantaban el cuerpo sin vida de Eduard, en una Villa de Tatón, lugar donde ocurrió el hecho.
Según informa el comunicador placido, habían pasado las 9:30 de la noche, cuando en medio de lo que parecía ser una fiesta de despedida organizada por Lixelis.
Eduard le pidió hacer un aparte con él, al parecer para tratar algún asunto, luego le disparó en la cabeza, se retiró un poco y procedió a quitarse la vida utilizando un arma de fuego.
Eduard Aguasvivas, un hombre buena gente, alegre y caballeroso, dotado de grandes virtudes y cualidades, ha sido sentido con gran pesar en los estratos más encumbrados y humildes de la sociedad ocoeña.
Al igual Lixelis, una joven que poseía un gran carisma, entusiasmo y características personales y humanas, que le sirvieron para ganarse el cariño y aprecio de todo un pueblo.
Sus cuerpos fueron envidados al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) en Azua, para los fines correspondientes, en tanto que, al ser regresados a San José de Ocoa, les serán efectuadas las honras fúnebres, en Funeraria Montañas del Paraíso a Lixelis Báez y en Funeraria Mamá Rita a Eduard Aguasvivas.
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