Texas: Después del anuncio ayer jueves del presidente Donald Trump de que el Gobierno de Estados Unidos reinstaurará la pena de muerte a nivel nacional en casos federales.
Medios de Arizona, refrescaron la condena del ex pelotero dominicano Fabio Gómez, quien espera la ejecución en la silla eléctrica o con inyección letal en el Pabellón de la Muerte de una cárcel en Texas, después que en 2010, un jurado anuló la decisión de una corte de apelaciones de no ejecutarlo.
Gómez, que fue hallado culpable en 2003 por el brutal asesinato de su novia Joan Morane, en el poblado de Chandler, en 1999, siendo declarado culpable en 2001 por asesinato en primer grado y violación sexual.
Su sentencia se retrasó porque un año después de la apelación, la Corte Suprema de Estados Unidos en Washington, dictaminó que la pena capital debe ser dictada por un jurado y no por el juez que presida el juicio.
Gómez, quien jugó en fincas de triple del equipo Diamonds Back de Arizona en las Grandes Ligas, se quejó amargamente por la condena a muerte y profirió palabras insultantes aunque no vulgares contra los jurados y al juez James Keppel, durante la lectura de sentencia en la Corte Superior del Condado Maricopa en Arizona.
El magistrado calificó de repugnante el asesinato de la mujer.
Su novia, de 36 años, era una estudiante sobresaliente en la escuela de artes liberales de la Universidad Estatal de Arizona.
En el momento de la sentencia, Gómez tenía 34 años de edad.
«Señoría, en nombre de mi familia en la República Dominicana, los amigos que tengo aquí y todas las personas en Arizona, considero que esta frase es inapropiada», le dijo Gómez al juez.
Gómez, también fue condenado a 21 años adicionales que deberá cumplir consecutivamente hasta que sea ejecutado, por el secuestro y violación sexual de la estudiante.
Gómez levantó una ceja cuando decidió defenderse a sí mismo desoyendo los consejos de sus abogados de oficio por la corte y citó a los jugadores de los Diamondbacks de Arizona, Craig Counsell y Quinton McCracken para que declararan en su nombre.
Pero Gómez, no llamó a sus testigos al estrado.
En una afirmación incoherente, Gómez dijo que nunca se le leyeron sus derechos Miranda, que recuerda a los arrestados que pueden permanecer callados porque cualquier cosa que digan puede ser usada en su contra y tienen derecho a un abogado, además de denunciar que los detectives de la policía no investigaron el caso por completo y que se violaron sus derechos de juicio, que no fue justo.
«¿Así es como se hace justicia en Arizona?» preguntó Gómez. «El caso no se investigó adecuadamente. Es asqueroso. Ellos juegan, pero ¿a quién le importa?, esto es sobre Fabio Gómez», dijo el condenado a muerte.
Stephen Johnson, quien fue asesor legal de Gómez, consideró el veredicto justo, señalando que hubiera sido fácil para el jurado condenar a muerte a Gómez sin deliberar en absoluto.