
Una reveladora declaración sobre la desaparición de Sudiksha Konanki, una joven estudiante de origen indio que vivía en Estados Unidos, ha generado debate tras una entrevista en el canal de YouTube Visión RDN.
Bali Ajasta, experta en temas culturales, explicó con detalle por qué la familia de Sudiksha ha mantenido un perfil bajo y no ha liderado una búsqueda activa como muchos esperaban.
Lejos de ser indiferentes, la razón tiene raíces en la cultura india, donde el honor, la obediencia y la responsabilidad son fundamentales en la familia.
“Él falló como padre en su rol de protector”, dijo la analista refiriéndose al padre de Sudiksha. En muchas familias indias, el padre tiene la responsabilidad absoluta del destino de los hijos, especialmente de las hijas.
En la tradición india, si una joven actúa fuera de las normas —como salir sola de noche o viajar sin supervisión— su conducta puede considerarse una deshonra familiar. Según Ajasta, en la India tradicional, una mujer no debe estar fuera de casa después de las 8:00 p.m. Hacerlo se considera una falta de respeto y recato. “Si algo le ocurre fuera de esos límites, la culpa recae sobre ella y sobre su padre, por no haberla retenido ni guiado”.
La experta señaló que la familia Konanki probablemente evitó hablar del caso en los medios porque, según su cultura, la responsabilidad recae en la joven. Esto explicaría la actitud reservada del padre y la decisión de no contratar investigadores externos.
“En esas culturas, el amor no es incondicional como en Occidente. Si rompes las normas, cargas con las consecuencias. No se busca culpables externos”, afirmó.
También destacó la falta de respuestas del resort donde desapareció Sudiksha. A pesar del prestigio del hotel, no hay grabaciones ni explicaciones oficiales. “Eso deja a cualquier madre, dominicana o de cualquier parte del mundo, completamente vulnerable. Si en un resort de lujo no hay garantías, ¿dónde las hay?”.
A esto se suma la inacción de las autoridades locales, que no han dado respuestas claras sobre lo ocurrido, dejando a las víctimas y sus familias sin apoyo.
Ajasta también explicó que este caso forma parte de un problema mayor: la violencia sistémica contra las mujeres en la India. Relató situaciones en las que mujeres fueron atacadas sin recibir justicia porque “habían salido sin permiso o estaban fuera en horarios indebidos”.
Este enfoque ayuda a entender por qué la familia de Sudiksha ha optado por el silencio y el aislamiento: no como abandono, sino como parte de un código familiar donde el honor es más importante que la exposición pública.
Para ellos, convertir el caso en un escándalo mediático solo aumentaría la vergüenza y dificultaría la sanación.
La historia de Sudiksha muestra un choque de culturas: una juventud que busca libertad y una tradición con reglas rígidas. Entre ambos mundos, queda un vacío que, hasta ahora, sigue sin respuestas.
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