La fatal Víctima de la asesina confesa Ana Julia Quezada, el niño Gabriel Cruz, se aferró a su vida entre 45 y 90 minutos antes de que su verduga le quitara la vida, según reveló el abogado de la familia del niño.
De acuerdo al abogado Francisco Torres, un dictamen forense reveló la presencia de hemorragias y edemas en el cerebro del niño, que muestran que este estuvo vivo el tiempo suficiente como para que sus órganos reaccionaran a varios golpes propinados por la victimaria, como informa el periódico El País.
En el juicio del lunes, Torres dijo que Quezada sacó a Gabriel de la casa de su abuela cuando el padre no estaba cerca y lo llevó a una propiedad familiar aislada que estaban renovando y fue allí donde ella lo atacó.
«Luego fumó unos cigarrillos, pintó una puerta, cavó la tumba y una hora después se dio cuenta de que Gabriel todavía respiraba y lo estranguló», dijo Torres.
Ana Julia Quezada, de 45 años, que era pareja del padre de Gabriel, ya ha confesado el crimen y enfrenta la pena máxima de España prisión permanente, si el jurado la encuentra culpable de asesinato.
Su defensa alega un homicidio imprudente, sosteniendo que el niño atacó a esta con un hacha y que ella actuó en defensa propia.
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