‘La gente me llamaba Kardashian y empezó a ser molesto’, dijo la belleza nacida en Brasil, cita el New York Post. “Yo había trabajado y estudiado y era empresaria.
Hice todas estas cosas y obtuve todos estos logros en mi vida personal, pero solo me reconocían porque me parecía a una Kardashian.
Pamplona pasó por primera vez bajo el quirófano en 2010 cuando tenía 17 años. En ese momento, Kardashian se estaba convirtiendo en un nombre familiar.
Después de su primera cirugía, Pamplona rápidamente se volvió adicta a las operaciones que la harían lucir como la famosa.
Entre sus más de 40 procedimientos se encuentran tres rinoplastias y ocho operaciones en su parte inferior, incluidos implantes de glúteos e inyecciones de grasa, para emular el botín de gran tamaño y parecerse a Kim Kardashian.
Jennifer Pamplona, en su apariencia original
PARECERSE A KIM KARDASHIAN NO LA HACE FELIZ
Su transformación en la doppelgänger de Kardashian rápidamente la ayudó a captar la atención internacional, e incluso apareció en The Post. Asimismo, también alcanzó más de
1 millón de seguidores en Instagram. Pero esto no la hizo feliz.
“Descubrí que era adicta a la cirugías y no era feliz. Me ponía relleno en la cara exageradamente”, admitió Pamplona. “Era una adicción y entré en un ciclo de cirugía igual a fama y dinero, simplemente perdí el control de todo. Pasé por muchos momentos difíciles”.
Finalmente, después de años de malestar, Pamplona dijo que se dio cuenta de que sufría de dismorfia corporal y quería volver a su apariencia real.
Buscó a un médico en Estambul que le dijo que podía ayudarla a volver a su apariencia original.
Pamplona sufrió complicaciones durante la cirugía de “destransición”, diciendo que estuvo “sangrando por las mejillas” durante tres días después de desarrollar una infección.
“Pensé que me estaba muriendo”, explicó. “Estaba pensando para mis adentros, ‘¿Qué diablos he hecho con mi vida?’ “
Afortunadamente, la morena ahora está en camino a la recuperación, pero aún no se ven los resultados finales del procedimiento, dado que todavía tiene una hinchazón y moretones severos.
Pero la valiente brasileña dijo que ya sabe que el doloroso procedimiento valió la pena.
“El mejor sentimiento es saber que ya no estoy peleado conmigo mismo”, dijo Pamplona. “Ahora soy quien quería ser y realmente ahora entiendo el significado de la vida”.
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