Crisis, protestas, violencia y vulneración masiva de derechos fundamentales, forman una secuencia de eventos manifiestos en la vida diaria de los haitianos recogidos puntualmente en los registros de entes vigilantes de los derechos humanos a escala global.
Hasta este mes, las cifras documentadas sobre violación de esos derechos en Haití son impresionantes, dibujando un cuadro aterrador del dolor humano que oprime a ese pueblo.
Las culpas caen compartidas entre el gobierno, políticos y bandas criminales que controlan extensos territorios de ese país.
En los últimos meses, la ola de violencia desatada por las pandillas ha provocado la muerte de cientos de personas, lo que ha sido causante del ahondamiento de la crisis política y de derechos humanos en el país, según ha estimado Human Rights Watch.
Las pandillas han secuestrado y asesinado, desde los primeros días de julio pasado, a cientos de personas en la capital, Puerto Príncipe, según un informe de Naciones Unidas.
Según la Oficina de la ONU en Haití, 540 personas fueron secuestradas y más de 780 asesinadas entre enero y mayo de este año.
Y en los últimos cinco meses de 2021, 396 personas fueron secuestradas y 668 asesinadas.
La primera semana de julio pasado, una alianza de peligrosas pandillas atacó los barrios Nan Brooklyn, en Cité Soleil, de Puerto Príncipe, matando allí a cuando menos 300 personas, 21 de estas calcinados. Hay muchos desaparecidos, según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, una organización local de ese ámbito.
Las pandillas han incendiado y demolido casas. El 10 de julio, la pandilla “5 Segundos” tomó el Palacio de Justicia de Puerto Príncipe y obligaron a oficiales judiciales a abandonar el lugar, cargaron con equipos de computadoras, escritorios y otros bienes, según confirmó el titular de la Asociación Nacional de Secretarios Judiciales de Haití.
Miles de haitianos detenidos no pudieron ver a un juez y sus casos siguen sin revisar, debido a la falta de audiencias en el Palacio de Justicia y otros tribunales en Haití.
La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dice que allí se muestra “un patrón de violaciones y abusos” de las garantías fundamentales “seguido de la falta de rendición de cuentas”.
También ha dicho estar preocupada “por la inseguridad, la pobreza y las desigualdades estructurales persistentes en Haití, junto con el aumento de las tensiones políticas.
Los secuestros para pedir rescate, los ataques de bandas criminales contra barrios supuestamente rivales y la inseguridad generalizada han aumentado en Haití en un contexto de impunidad casi total.
Violencia en curso
En Haití parecen cerradas todas las vías para alcanzar una salida a la crisis.
La violencia y las protestas iniciaron temprano ayer y continuaron todo el día de tal manera que la embajada de España se vio compelida a ordenar el cierre de su misión, a partir de hoy, y la suspensión de los servicios al público.
La situación se torna muy peligrosa en las calles y hay mucho temor en los sectores productivos, principalmente industriales y el comercio medio y pequeño.
Temprano ayer, manifestantes atacaron a pedradas la residencia de André Michel, autoproclamado “abogado del pueblo” en la Thomassin 37, a las alturas de Pétion-Ville, según un reporte de Haití 24 News.
También, incendiaron un auto en el patio de la casa de Michel y los responsables le acusaron de “abandonar” la lucha popular desde la llegada al poder de Ariel Henry.
La embajada de la nación ibérica explica que “debido a los movimientos de protesta que se están produciendo actualmente en Puerto Príncipe, la embajada mantendrá sus puertas cerradas este miércoles 14 de septiembre”, escribe la sede diplomática en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
Al tomar esa decisión, la legación del país europeo manifestó su disculpa al público por estos inconvenientes. Al respecto, indica que su teléfono de emergencias permanece “disponible para los españoles residentes en el país”.
Al cierre de la embajada de España en Haití se suman otras instituciones diplomáticas que se han visto empujadas a tomar similares medidas ante la gravedad de la situación haitiana.