La obra era edificada por la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) y el ingeniero contratista era Dionicio Ortega de Jesús.
Los inmigrantes, que apenas logran articular algunas palabras en español, solo saben que el hombre que los ubicó en la estructura se llama Félix, a quien supuestamente pagan 1,000 pesos cada mes.
Uno de ellos dijo que también pagó un depósito de 1,000 pesos cuando se mudó hace dos meses.
Los ‘inquilinos’ se encargan de colocar hojas oxidadas de zinc para cubrir las ventanas y usan madera vieja para armar las puertas, o colocan cortinas.
En el primer nivel de la estructura viven tres familias y en el segundo otras cuatro.
En el patio trasero hay un furgón, también alquilado a una mujer que se identificó como María Jean, y sus dos hijos pequeños.
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