Dice una frase “Y sin darnos cuenta vivimos en el trabajo y vamos de visita a la casa”, si nos ponemos analizar nos daremos cuentas que duramos más tiempo en nuestro trabajo que en nuestra casa.
En muchas ocasiones el trabajo hace que una persona se descuide de su familia y eso hace que la llama del amor se apague. Es notorio poder darse cuenta que la mayoría de personas que no trabajan suelen ser más afortunados en el amor, la razón es simple.
Tienen más tiempo para dedicarlo hay amor, es por eso que una persona que tenga liberta financiera suela ser más afortunado en temas del amor.
Pero lo que si es cierto es que debemos de trabajar para ganarnos el sustento del día a día. Muchas personas tienen la suerte de nacer en hogares adinerado, debido a eso los educan para que sean emprendedores.
Una de las principales debilidades de las universidades latinas es que no enseñan al estudiante hacer independiente, más bien lo adiestran para que sean buenos empleados y no buenos emprendedores.
Finalmente, el informe propone acciones específicas para las áreas rurales, donde la división del trabajo todavía se basa mucho en el género.
En el campo, aún es necesario concientizar sobre posibilidades de trabajo más allá de la agricultura y conectar a los jóvenes a oportunidades, garantizando transporte a precios asequibles entre la zona rural y los centros urbanos.
Todo esto puede hacer la diferencia para los futuros integrantes de la fuerza de trabajo de Brasil, dueños de un potencial que el país ya no puede desperdiciar.
El estudio revela que algunas condiciones relacionadas con la pobreza y el género producen un conjunto de barreras difíciles de superar. Estas limitaciones perjudican sobre todo a las mujeres,