“Lucas falleció”, fueron las palabras que le cambiaron para siempre la vida a Irene Damián, quien minutos antes se encontraba esperanzada de que su padre iba a ganar la batalla al coronavirus.
“Ay, no, mi papá, nooooo”, entre sollozos, gritos y lágrimas Irene se lanzaba al piso a llorar la pérdida de su papá. “Ay, no, Señor, por favor”.
Lucas Damián se encontraba ingresado desde el 24 de diciembre de 2021. En un principio fue llevado al hospital Moscoso Puello por fiebre y gripe.
“A mi papá lo trajimos por una fiebre, una gripe, pero salió con Covid. Está intubado, muy delicado”, explicaba Irene minutos antes de enterarse de la noticia, la peor que recibió finalizando el año.
“Nada más estamos confiando en que Dios lo levante de ahí”, decía, y su hermana, quien estaba sentada a su lado, solo asentía con la cabeza.
Para Irene, su papá había cogido el Covid “ahí dentro” (en el hospital). Advertía que allí había “mucha negligencia médica” y que “ellos” no les daban esperanza. Lo único que les quedaba era confiar en Dios.
También dijo que casi diariamente debía ir a los alrededores del hospital a realizar las pruebas correspondientes (de sangre).
“Ahora mismo yo voy a llevar sangre para hacerle unos análisis. Llevarla a Amadita para que en par de horas nos den los resultados para traérselos a la doctora”, explicaba.
Asimismo, la noche anterior (30 de diciembre) debió buscar unos “tubitos” para sacarle la flema a su padre, ya que presentaba un cuadro de neumonía.
“Está muy caro todo”, indicando que además de estudios tuvieron que buscar los medicamentos para aplicárselo a su padre.
