Un descuido terminó con la vida de un niño de apenas tres años y su familia destrozada acudió al funeral en compañía de unas 500 personas que se acercaron para darle el último adiós a Maliq Namok-Malamoo.
Este pequeño conocido por sus seres queridos como Meeky falleció sofocado después de ser olvidado en un bus escolar a más de 36 °C.
La mañana del 18 de febrero, Meeky fue recogido de su casa en Mount Sheridan alrededor de las 9:00 am para asistir a su guardería local, a la cual nunca llegó.
Su madre Muriel confiaba en que su pequeño estaba cuidado pero fue encontrado sin vida alrededor de las 3:15 pm fuera de la Escuela Estatal de Hambledon en el suburbio sur de Edmonton.
Las autoridades iniciaron una investigación contra el personal de Goodstart, el centro de cuidado que estaba a cargo del niño. Hasta los momentos, al menos dos personas Dionne Batrice Grills y Michael Glenn Lewis se enfrentan a la justicia de Queensland por el cargo de homicidio involuntario.
No obstante, nada de esto podrá regresar al pequeño a su hogar.
Su familia destrozada acudió al funeral en el que el cuerpo de Meeky fue llevado en un ataúd blanco decorado con coloridas flores primaverales.
«Todos lamentamos nuestra pérdida en circunstancias que nunca deberían haber sucedido«, dijo su bisabuela Shireen Malamoo en homenaje.
Durante una primera audiencia, se reveló que el director Lewis fue quien encontró el cuerpo de Meeky en un asiento trasero del autobús.
En el momento, el hombre llamó a emergencias y declaró haber dejado a un niño olvidado en el autobús, Meeky ya había fallecido.
El director del Centro de Aprendizaje Temprano de Edmonton Goodstart, Michael Glenn Lewis (izquierda), y la trabajadora Dionne Batrice Grills (derecha).
«He dejado a un niño en el autobús … mi vida ha terminado. Oh, Dios mío, este niño está muerto. Oh, Dios mío, soy el director del centro de cuidado infantil… el niño fue dejado en el autobús todo el día.
Acabo de abrir el autobús y él está aquí, muerto… lo siento mucho amigo. Voy a ir a la cárcel, todo es culpa mía. Oh Dios mío. Toda mi vida ha terminado”, se escuchó decir a Lewis en la grabación de la llamada hecha a la línea de emergencias.
Este ha sido un incidente sin precedentes que ha conmovido a toda la comunidad, por esa razón, alrededor de 500 personas se dieron cita para dar el último adiós al pequeño niño de 3 años. Las flores y los globos no faltaron en el emotivo funeral pero nada de esto podrá saciar la sed de justicia y el dolor de la familia.
Comparte esta noticia y ora por el descanso de este pequeño angelito y el consuelo para su familia en un momento tan duro. POR: ANA CRISTINA SÁNCHEZ
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