Ante las lágrimas de su madre, quien dijo que también ejerció como padre en la crianza de su hijo, el prospecto venezolano Daiverson Gutiérrez firmó en la academia de los Mets en la República Dominicana con un monto de casi dos millones de dólares (1,9) a pesar de que originalmente ni su familia se esperaba esto.
Y es que la propia madre del pelotero admitió que entró a su hijo en el beisbol para que mantuviera la mente ocupada, en la lejana Venezuela.
Gutiérrez, quien practica como receptor, comentó que desde los doce años ha estado en el mundo del béisbol, con viajes internacionales, en donde desarrolló un talento que lo convirtió en el prospecto con el bono de mayor cantidad este domingo por los Mets, concedido para que busque un mejor futuro, tanto en el ámbito deportivo, como educativo.
“Fue un proceso largo, la primera vez que me vieron fue a los doce años para darme seguimiento”, comentó el pelotero, quien agregó que se siente agradecido por la oportunidad.
Gutiérrez, nacido en el estado de Miranda, se preparó en la ciudad se Valencia, donde en los últimos meses se ha dado notar.
La firma tuvo lugar en la academia de campos verdes del equipo naranja y azul perteneciente a Nueva York, ubicado en la carretera de Jatubey, en el municipio de Boca Chica, donde también fueron firmaron a un precio menor otros 17 atletas.
Mientras que el prospecto internacional número 29, el dominicano Anthony Baptist, alcanzó su sueño al pactar con los Mets por US$1,100,000, siendo el tercero de mayor valor en esta organización.
El ranking internacional, que lo encabeza el venezolano Ethan Salas, lo nombra como: “uno de los jugadores más rápido en la clase, también uno de los más emocionantes”, dando prioridad a su velocidad, ya que ha registrado consistentemente correr 60 yardas en 6.1 segundos.
Al momento de la firma del outfielder de 17 años, fue acompañado de un gran número de su familia, quienes han estado con él en todo momento y lo han mantenido humilde, entre los cuales destacan sus padres, un tío que lo introdujo en este mundo y su abuela.
La madre del atleta dijo que siempre tuvo fe para que llegara este día, porque “mientras estemos vivos, hay que tener esperanza”.
