Con sus últimas fuerzas Cathy tomó la mano de su marido, Johnny. Ambos estaban en situación crítica pero aún mantenían el reflejo necesario y último como para sostenerse mutuamente, hasta el final.
Como lo habían estado haciendo desde que se conocieron y enamoraron hace 50 años. Golpeados severamente por el coronavirus, ambos batallaron durante un mes contra la enfermedad que provocó ya más de 900 mil muertes en todo el planeta.
Su salud ingresó en el extraño laberinto que propone el COVID-19 del cual no podían salir pese a los esfuerzos médicos por impedir que sus vidas se apagaran.
Pero minutos antes de que sus vidas terminaran, los médicos decidieron reunirlos en una misma habitación así podrían despedirse. Se tomaron de la mano y sus ojos nunca más volvieron a abrirse, según lo contó a la revista People uno de los tres hijos que tuvo el matrimonio, Shane Peoples.
“Todo salió mal, todo empeoró. Al día siguiente el personal médico los puso en una misma habitación, la misma habitación de la unidad de cuidados intensivos, juntaron las manos, las enfermeras se reunieron alrededor suyo y murieron con cuatro minutos de diferencia entre sí.
Estuvieron casados 48 años, y juntos 50 años, durante los cuales caminaron siempre tomados de la mano”, relató conmovido Shane.
De acuerdo a los obituarios de ambos, Johnny nació el 14 de octubre de 1952 en el condado de Rowan. Fue sargento en el Ejército de los Estados Unidos y trabajó para el Departamento Correccional de Carolina del Norte.
Cathy, en tanto, nació el 17 de septiembre de 1954 en el condado de Yadkin. Trabajó como proveedora de cuidado infantil preescolar, asistente de maestra en Salisbury Academy y técnica de laboratorio en LabCorp.
De acuerdo a sus allegados, Johnny era un fanático del entrenamiento de los deportes juveniles, amaba tocar música y dedicaba horas a reconstruir el árbol genealógico de los Peoples.
A Cathy, por su parte, le gustaba hacer manualidades, escuchar música y jugar a las cartas. Ambos disfrutaban de largas jornadas de pesca.
“Las vidas de mamá y papá fueron robadas por un virus del que muchos bromean a diario o simplemente creen que es un engaño de algún tipo. Ambos tomaron esta pandemia en serio y aún así se enfermaron.
Mis padres no fueron solo una bendición para mí, mi hermano, mi hermana, nuestros cónyuges y nuestros hijos.
Fueron una bendición para todas las personas que los conocieron”, resaltó Shane en un mensaje que compartió en Facebook.
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