El dinero no era importante para Luis-Terror Días, fallecido hace 12 años, pero recordado por sus aportes a la cultura dominicana. A pesar de su fama vestía sencillo como una persona del barrio, con quienes se codeaba día por día, estudiando su cultura, costumbres y hábitos.
Se le veía por los barrios y pueblos del país caminado a pies, aprendiendo de ellos y hasta durmiendo con campesinos. Tras llegar a Santo Domingo, lo que aprendió de esta gente lo plasmó en sus canciones, en las melodías de su guitarra y le sacó música y letras tan genuinas que dejó un gran legado en el rescate de la cultura popular dominicana.
Además de buen guitarrista y percusionista, se le conoció como autor de canciones como Las vampiras, Marola, La novia y No seas tan cruel, de Sergio Vargasy El guardia del arsenal, de Dioni Fernández;
También, Baile en la calle, de Fernando Villalona; Yo quiero andar y El guachimán, de Sonia Silvestre, Los mosquitos puyan, de Kaki Vargas; Gigante, de Alex Bueno y Ella me vivía, interpretado por Alex Mansilla y Rubby Pérez, respectivamente.
Sus inicios
Luis Díaz Portorreal (Luis Días), nació en Bonao, provincia Monseñor Nouel, República Dominicana, el 21 de junio de 1952.
Los genes musicales entraron por sus venas tanto por parte de su padre como de su madre. El primero tocaba el instrumento conocido como Tre, muy parecido a la guitarra, pero solo de tres cuerdas. Mientras que su madre era cantante de salve. A ambos los veía cantar desde muy temprana edad.
Empezó como músico autodidacta, pero su progenitor le dio las primeras lecciones de guitarra y al crecer estudió música con los profesores Juan Zorrilla y Tatán Jiménez. Con poca experiencia en el manejo de la guitarra formó una agrupación llamada Los Chonnys cuando tenía 16 años, con la cual tocaba en toda la zona.
Se trasladó a la capital
En 1970, Luego de terminar su bachillerato, Luis Días decidió irse a Santo Domingo y se inscribió en la carrera de Psicología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se codeó con algunos amigos y conoció al sociólogo Dagoberto Tejeda.
A los dos años de llegar a Santo Domingo dio un importante paso en la música tras formar parte del grupo Convite fundado por el sociólogo Dagoberto Tejeda, quien lo integró como guitarrista y cantante. Entró en 1972 gracias a José Rodríguez, a quien conoció en la Escuela de Psicología de la UASD en el momento en que se gestaba la agrupación, la cual simbolizaba la expresión más sublime del canto popular en la República Dominicana.
Para la época se codeaba con artistas de música alternativa y siempre estaba con su guitarra en las manos, la cual no soltaba ni cuando tomaba su siesta en las horas libres en su tiempo universitario.
Luis Días lo definió como uno de los grupos más importantes de música en la República Dominicana, porque con ellos se marcó una ruptura con el arte burgués popular que se estaba radiando con la estética pos Trujillista
Para hacer la música ellos fueron al campo a investigar lo que era la verdadera música dominicana e hicieron una de rescate e investigación y luego de exposición nacional en la televisión por un promedio de cinco años para que la gente volviera a reconcentrarse con sus raíces.
Visitaron todas las regiones del país, observando sus costumbres, su forma de cantar, de componer una canción y fueron aprendiendo de los campesinos, a veces hasta durmiendo con ellos, entre los años 1972 a 1976.
De esas experiencias pasaron los toques de tambores a las cuerdas y crearon una guitarrística nueva en base a la rítmica que estaba en el tambor, conformando de esta manera una expresión popular parala guitarra. El Día
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