Santiago.- Cada mañana deja el maltrecho cuarto donde duerme con sus tres niñas para llegar a un punto de la ciudad desde donde implora por ayuda para comer.
Su alimentación y la de sus hijas dependen de la receptividad de los que transitan o caminan a diario por la avenida 27 de Febrero casi con Estrella Sadhalá, próximo a dos grandes supermercados. Allí ha colocado algunos cartones porque durante el día las niñas duermen cuando las vence el cansancio.
Rosmery Gálvez reside en el sector de Pontezuela, en la carretera Tamboril. Es madre soltera de tres niñas con edades de cuatro, tres años y una tercera de solo ocho meses de nacida.
Todas las mañanas se las ingenia para llegar hasta el sector que ha escogido para como pedigüeña, y así conseguir los alimentos para ella y sus hijas.
Al ser cuestionada por la forma en que se busca la vida, dijo que no tiene con quien dejar a las niñas y que tiene miedo que por la situación de precariedad con la que vive, las autoridades del Consejo Nacional para la Niñez (Conani), le retenga a sus hijas.
En ese sentido, dijo que también trata de llamar la atención para ver si puede conseguir un empleo y poder garantizarle alimentación, cuidado y una vivienda digna.
Explicó que vive en una habitación rentada en la referida comunidad por la que paga tres mil pesos, casa mes, pero que luego que el marido la abandonara no tiene recursos para pagarla. Señaló que tampoco en la zona hay albergues donde le ayuden con el cuidado de las niñas para poder trabajar y no se puede dejar morir sin hacer nada.
Rosmery, desesperada y con la imagen desmejorada, al igual que la de sus niñas por la mala alimentación que le puede ofrecer, dijo que acudió al tribunal de protección del menor para solicitar el proceso de manutención al padre y le advirtieron que esos procesos son extensos y que podría durar hasta el próximo año. Como ella, hay decenas de personas que se colocan en diversos puntos de la ciudad en busca de ayuda para subsistir junto a los suyos.