Al menos 39 cadáveres han sido localizados desde el pasado viernes en Kenia. Según las autoridades del país africano los fallecidos pertenecían a una secta y murieron de hambre tras realizar un intenso ayuno con la intención de reunirse con Jesucristo.
Según el Directorio de Investigaciones Criminales (DCI) de Kenia, las tumbas se encontraban en el bosque de Shakahola de Malindi, perteneciente al condado costero de Kilifi. Entre los muertos han sido identificados algunos niños que estaban enterrados junto a sus familiares.
Al parecer, los fallecidos eran miembros de una secta religiosa conocida como Good News International Church, dirigida por el pastor Paul Mackenzie Nthenge, que permanece bajo custodia policial desde el pasado 15 de abril, después de que el Tribunal Superior de Malindi (este) le negase la libertad bajo fianza.
Según recoge Efe, las autoridades kenianas acusan a Nthenge de animar a sus seguidores, que pueden ser centenares de kenianos procedentes de todo el país, a ayunar hasta morir de hambre para ascender al cielo.
A primera vista, se han cometido crímenes a gran escala según la ley de Kenia y el derecho internacional.
Si bien el Estado respeta la libertad religiosa, esta horrenda plaga debe llevarnos al castigo más severo posible para el o los perpetradores y a una regulación más estricta, señaló este domingo el ministro de Interior keniano, Kithure Kindiki, a través de su cuenta de Twitter.
No se descarta que el número de muertos continúe aumentando a medida que avanzan las excavaciones. Hasta el momento, durante las investigaciones del DCI han descubierto 65 posibles tumbas.
El pasado 14 de abril, la Policía de Kenia hizo una redada en el lugar donde los seguidores de Nthenge celebraban su ayuno y rescataron a quince personas, pero cuatro de ellas murieron de camino a un hospital de Malindi.
Y en marzo, el controvertido pastor fue detenido después de ser acusado de estar tras la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero fue puesto en libertad bajo fianza.
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